jueves, marzo 30, 2017

EL VALLADOLID DE MI MADRE, 30 DE MARZO

Hoy es 30 de marzo y mis mariposas se han despertado antes de las cinco de la mañana. Me he asomado al silencio de este Valladolid que mece aún sus sueños. El vientecillo de la aurora me ha traído recuerdos en un día especial como hoy en el que llevaré a mi madre a la presentación de Mujeres descosidas. No se enterará de nada, casi seguro, sin embargo veré la luz en sus ojos y me daré por satisfecha. De todos modos escribí algo para ella de ese Valladolid tan suyo, tan provinciano, tan eterno…

Mi madre siempre me decía “En domingo de ramos, quien no estrena, no tiene manos” Y como muchos niños, esperaba el domingo de ramos con enorme ilusión para ponerme ropa nueva y salir de procesión con mis mejores galas. Desde entonces han pasado muchos años, pero aquel sabor alegre y dulce de cada domingo de ramos lo llevo cosido a la memoria y cada año cuando llega esa fecha mi corazón vuelve a experimentar aquel parloteo saltarín de la emoción.
Ayer fue domingo de ramos y el calcetín de la costumbre se había vuelto del revés: no era yo quien esperaba impaciente mi ropa nueva sino mi madre… Llegué a la residencia con la parsimonia de cualquier domingo en el que se encierra la prisa y el ruido en el armario del descanso, pero ella me esperaba nerviosa a que la acicalara, quitara las etiquetas de su ropa nueva “Date prisa, vamos a llegar tarde a la procesión” Me decía con sus ojos distraídos por esa niebla a la que se ve abocada sin remedio. No pude evitar sonreír, mi madre esa mujer enjuta, de sentimientos catapultados, mostrándose como un libro abierto y dispuesta a que yo leyera sus letras más íntimas y personales.
Salimos a la calle vestidas de domingo de ramos a que la luz se posara en el rostro de mi madre mientras una temperatura amable calentaba sus huesos doloridos. Su vista, muy deteriorada, fue benigna con ella; la ONCE le ha enseñado cómo esquivar las sombras y ver por esos huecos chiquitos. Y ladeaba como una niña chica la cabeza para ver vestida su ciudad de palmas y ropa nueva, porque en provincias todo se nota más. Riadas de gente en busca de la borriquilla, niños gritando de emoción y de fondo el sonido de cornetas y tambores.
El ser humano es bueno a pesar que nos encrespe con muchas de sus reacciones y, en el caso que me atañe, en el momento que te ven con una silla de ruedas, todo el mundo está predispuesto a ayudarte. Me dejaron un hueco en primera fila para que mi madre viera aquello que no puede ver, sintiera la ilusión del niño en un domingo de ramos pudiendo, así, bañar su ánimo de gentío colorista; incluso un hombre con bastón puso la toquilla de mi madre encima del bastón a modo de paraguas para que el sol no la molestara.
“Mamá mira a tu izquierda, ahí viene tu hermano junto al arzobispo” Y unas lágrimas peregrinas se escaparon de su mirada oscura. Acaricié sus hombros con la ternura de una madre hacia su hijo.
Cuando por la tarde, la devolví a la residencia, su voz era una cascada de emociones atribuladas al querer contar todo de una vez a sus compañeras de viaje. En la despedida, arropé con mis brazos aquel cuerpo cimbreado de emociones dándola las gracias por haber vuelto a sentir la niñez en un domingo de ramos más en mi vida.

6 comentarios:

Laura. M dijo...

Muchos sentimientos afloran leyendote amiga. Precioso domingo de ramos pasateis las dos.
El tiempo hace cambiar hábitos, y si antes nos han cuidado a nosotros, todo se da la vuelta y nos hacemos cuidadores.
Besos.

Mª Jesús Muñoz dijo...

Me hiciste recordar a mi madre y a mi pueblo manchego...El domingo de Ramos es muy celebrado...Suerte con esa presentación, todo un lujo tener a tu madre ahí...
Mi abrazo y mi cariño.

Pedro Luso de Carvalho dijo...

Olá Mª Ángeles.
Gostei muitíssimo desta sua postagem, por várias razões. A primeira, por te ver junto à tua mãezinha, nessa bela foto. Segundo pelo excelente texto, fazendo-me lembrar de minha infância, quando ansiava pelo Domingo de Ramos, para vestir uma roupa nova e sair para a igreja, depois a procissão, sem deixar de olhar para as meninas muito bem vestidas fazendo parte da cerimônia religiosa. Parabéns, minha amiga.
Abraços.
Pedro

Reina Letizia dijo...

Tu madre seguro que se entera de todo y es feliz. Besos a las dos. Cuidala mucho. Una madre es lo más grande del mundo. Lo sabes cuando pierdes a la tuya. Te lo dice Maripuri.

Besos de Reina

Maripaz dijo...

Que emoción, querida amiga. Has descrito una cascada de emociones con tanta brillantez, que me has conmovido muchísimo.
¡Gracias!

Macondo dijo...

A veces hay gestos en la gente que te reconcilian con el género humano. Que te hacen pensar que no todo está perdido.
Ayer fue Viernes de Dolores, el santo de mi madre. Viva la madre que nos parió.