lunes, diciembre 12, 2016

INVIERNO

¿Qué ciudad o pueblo no está bonito estos días? Ninguno. El qué más o el que menos se ha engalanado, según sus posibilidades, para recibir las fiestas del año. Unos las aborrecen, otros las engrandecen sacando a su niño chico que llevan guardado en sus entretelas mezclándose los niños que crecen y los niños que fueron. El otro día me paseé por Valladolid recalando en la plaza Mayor y me llamó la atención la amalgama de personajes de distintas edades que admiraban su decoración sacando móviles y haciendo fotos con sonrisa; no encontré ninguna cara indiferente. Incluso en el portal de Belén seguramente muchos lo mirarían por su belleza, no por sus creencias, pero para mí era suficiente pues me transmitía que el ser humano en su diversidad a veces se unen aunque sea en una admiración.
Podría en vez de hablar de estas cosas banales, hablar de las tragedias que se suceden cada medio minuto en la tierra. Cierto, sin embargo estoy convencida que por encima del estiércol siempre nace una planta que nos oxigena y todos, el qué más y el qué menos, necesitamos luz para seguir caminando. El humor español a veces es demasiado cruel, cierto también, pero existe una gracia sana que no se puede remediar.; no han pasado ni treinta segundos y hay un “Meme” circulando por las redes que nos provocan una sonrisa. Yo hay días que me levanto con el pié cambiado deseando que alguien diga para yo morder, pero siempre, siempre, encuentro a alguien con una frase, con una mirada, con un algo que me hace poner, aunque me cueste, el pié en su sitio. El mundo es de todos y en él cabemos todos. Habrá quién nazca para fastidiar, para doler con arrugas anidadas en las comisuras de su alma y habrá quienes a pesar de su lucidez dolorida son capaces de sacar algo bueno. No quiero que con esto que escribo esté diciendo ignorar esas realidades sangrantes, no. Pero conociéndolas, por desgracia muchos viviéndolas, debemos tirar todos del carro como sea, cada uno con sus posibilidades, con su ingenio.
Esta mañana Madrid se levanto de gris, un gris claro envolviendo todo de una ceniza dulce. Me asomé al patio de luces de mi casa, es ancho, con muchas plantas en el entresuelo, con luces amarillentas desdibujando sombras tomando el primer café y me di cuenta que mi patio cotidiano, ese al que me asomo a tender la ropa, a respirar el silencio, a fumar en la ventana mientras mis hijos charlan delante de un vino cada noche, se había convertido en un traga niebla. Sí. La niebla desde el séptimo piso se había colado hasta llegar al suelo diluyendo todo su entorno; fue mágica la sensación.
Sí, pensaréis que soy una ilusionista; puede, pero en eso no quiero cambiar.

Buena semana, amigos!!!

6 comentarios:

la MaLquEridA dijo...

Bellísimo texto el que escribes hoy, gracias por dejarme asomar a tu lindo patio.



Un abrazo

Ambar dijo...

Si que eres ilusionista pero ! ni se te ocurra cambiar !.
Besos

Maripaz dijo...

Me gustas ilusionista, por eso te visito siempre que puedo, para hacerme dueña de la magia de tus letras.
Es verdad, las ciudades y los pequeños pueblos, estos días lucen sus adornos y hay una alegría especial por las calles.
Muchos besos.

PEPE LASALA dijo...

Me ha encantado el texto Mª Ángeles, y estoy totalmente de acuerdo, hay que tirar del carro sacando una sonrisa; siempre con esperanza.
De todo corazón, desde la Tertulia Cofrade Cruz Arbórea venimos a desearte una muy Feliz Navidad.

Reina Letizia dijo...

¿Es invierno? ¿Y está calentando el sol? Creo que la Navidad hace milagros.

Besos de Reina

Macondo dijo...

Eso es ser positivo. Ni se te ocurra cambiar. Es bueno para ti y para los demás.