miércoles, octubre 19, 2016

MARICARMEN A ESTRIBOR

Hoy me he despertado, me he mirado al espejo y al verme con esa cara de estar aunque no estás, me he dicho ¡Qué Maricarmen más ideal! Y con las mismas me he vestido con esa ropa que mis hijos al verme dicen ¿Ondi vas con el cabás, madre? Me he puesto una coleta  al viento, cogido al perro y nos hemos ido a pasear por el barrio, ¡Ah!, he cogido una bolsa de plástico para la mano izquierda, así no me faltaba ningún complemento. Hemos salido tan eufóricos los dos cuando, en un paso de peatones, casi nos embiste una moto. Menos mal que no era mi hijo, porque lo llega a ser, y se da contra el primer árbol que encuentra, al ver a su madre revestida de Maricarmen; después hubiera vuelto y nos hubiera rematado con la moto, total, es el rey de las multas. Pero a lo que iba, una vez comprobado que no era mi niño, he mirado al perro a ver si estaba sano, ¡Qué lástima me ha dado! Desde que mi Pepe le compró un arnés estilo cura desmochado, el pobre perro va con cara de tristeza. ¡Cómo le engañan a mi Pepe!, al menos es lo que quiero pensar y no pensar que tiene mal gusto porque si fuera lo segundo, me estaba tirando piedras contra mi tejado. Es decir, un día puedo sentirme Maricarmen, como hoy, pero en mi estado normal, no…, soy otra cosa, no sé cuál, pero otra cosa.
El caso es que Perro y Maricarmen decidieron ir al chino del barrio. Digo al porque hay varios chinos, pero solo en uno dejan entrar a los animales de cuatro patas; los de dos entran sin problemas. ¿Y diréis lo que hace el perro? Va y mientras yo miraba unas huchas para ahorrar lo que no tengo y por tanto no ahorro, el chucho ve la exposición colorista para los difuntos, levanta la pata y mea. Maricarmen, de todos los colores. Me he salido sin comprar la hucha.
¡Muy tomate el perrito! Y eso que tiene pedigree. Si, Perro tiene pedigrre, de segunda mano, pero tiene. Peluche, mi hijo el de la moto, lo fue a comprar a un sitio barato y lo encontró en Huesca, el perro es maño y baila la jota… Ponte un cachito de pan en la mano y ya verás cómo salta y abre las patas delanteras, una jota perfecta. Bien, cómo iba contando, el niño encontró en Huesca el último perro de la camada y para ahorrar costes, puso envío tradicional sin costes. Es decir, nuestra mascota debió de pasearse por media España antes de llegar a su destino. Llegó mareado, atontado…, mal. Pero pensamos que con el calor humano, el perro volvería a sus orígenes. Después de siete años, certifico que el perro no tiene orígenes aunque sí un papel que dice pedigree.
Hemos regresado a casa recreándonos, Maricarmen y Perro, de la suciedad de las calles “No entiendo, Perro, cómo la Marijuani de la alcaldesa puede decir que la ciudad  está limpia. Los cristales de sus gafas están sucios o mal graduados. No ve, Perro”
Nos ha abierto mi Pepe, muy agradecido por habernos mojado nosotros y no él, pero me ha vuelto a decir que sigue consternado  por no encontrar el recogemigas. Perro y Maricarmen le hemos mirado y rápidamente hemos ido a mandar un Wassap a los niños para que el día de cumpleaños de su padre, le regalen un recogemigas. Práctico y barato. No obstante aún le hemos oído refunfuñar que compró mandarinas y nadie se las come.

Pero mi cupo de Maricarmen ya ha caducado para responderle.

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