¡Hola, chicos!.. ¿Qué tal vuestra Semana Santa? La mía muy
recogida, mucho vino y hala comida y venga comida y después más vino y vuelta a
empezar ¡Ah! Y todo a golpe de corneta y tambor, los castellanos todos somos
muy sobrios pa to… También en mis ratos de más recogimiento espiritual, entre
vinillo y vinillo, he meditado. ¿En qué? Os vais a alegrar cuando os lo cuente…
¡La Esteban ya es pasado! ¿Qué, cómo se os queda el cuerpo? Me dije “Puri,
evolucionar o morir” Y ya sabéis que yo antes muerta que cualquier cosa que no
sea ser, por lo tanto he transmutado de lo friki a lo hípster, eso sí sin
barbas y muy limpia, pero con mi jersey roto aderezado con un pañuelo de
Carolina Herrera, mis gafas de pasta y pareciendo que llevo dinero en el monedero
aunque, cuando lo abres, esté la de siempre, ¿quién? La nada, que no necesita
ningún aderezo para ser ella mismamente, pero si esto no lo cuento, todo el
mundo pensará al verme…, mejor no saber lo que piensan de una, es un calvario
pensar qué están pensando de ti, y más tarde confirmar que la gente lo que la
gusta de verdad es ventilar la lengua sobre sus pensamientos más oscuros de
otros, no de ellos, y tú caer como Santa Teresita en una noche oscura del alma,
y de eso nada que la vida es muy corta y yo tengo la agenda a tope, a tope,
tope. Más desde esta mañana que descubrí mi nueva musa y ya estoy tardando en
emularla. Cierto es que tenemos muchas cosas en común, pero aún hay cierto
distanciamiento entre ambos egos que he de solventar rápidamente.
Sí, voy a acortar distancias entre la Preysler y yo. Ella es
morena y yo rubia…, nimiedades. Pronto la mando el número de tinte de Mercadona
que yo uso... Ella se junta con sus amigas a comer perritos calientes y hamburguesas…,
muy americano. Rápido la envío los choricillos a la sidrina que hace mi amiga
Pichu que, aderezado con unos buenos culines de sidrina, muchos culines, para
terminar cantando Asturias patria querida o el Asereje, al gusto, y así hacer
patria que estamos muy necesitados. Claro, también puedo enviar a la Preysler
al bar donde trabaja mi amiga la Mari ¡Qué mollejas, madre mía, qué bocadillos
de chipirones con alioli!... Luego ella baila en el baño; eso se ha acabado,
todo el mundo a bailar a la cocina que, mientras bailo, me salen los menús más
rabiosamente rabiosos dado el sobresueldo que gasto en guindillas… Ella usa
mucho pastillamen con colágeno, magnesio, calcio, y omega 3 y 6. ¡Qué no,
mujer! Zanahoria, limón y naranja. La farmacia cuanto más lejos mejor.
En cuanto a su cuerpo y el mío pues…, ella dice que es
genética, lo mío son de los huevos fritos con patatas, y a ella la luce comer
con cabeza y lo mío es descabezado desde que me despierto hasta que me
desintegro al final del día, pero a mí me acompaña Dios, porque ya lo dijo
Santa Teresita “Dios está en los pucheros” y yo no salgo de la cocina con tanto
puchero, calzoncillo y calcetines que tengo que casar. A ella se lo hacen todo,
pero a mí, alma de cántaro, me lo guiso y me lo como todo solita, así que no
puedo mandar con lo que me gusta a mí eso de ordeno y mando.
Y… Su sonrisa, tan perfecta, coordinada y de radiante blanco
nuclear… La mía, de esa manera, deseando la pobre que su yerno político la
enderece y eche un poco de lejía para yo qué sé, hacer el milagro de San Sergio
que además de soldado y mártir en su época, en el SXXI obrará el milagro de la
Puri.
Y cómo viste, y qué joyerío… Así no se puede competir, voy
en desventaja porque ella seguro que no sabe ni qué es una tienda de chinos y yo
no salgo de ellas. Ella trabaja para Ansorena y joyería de postín y yo para los
mercadillos…
¿Veis lo que pasa cuando uno se compara con otro?
Desgraciado, paupérrimo y no sé cuántos adjetivos más, a cual más nefasto y negativo se encuentra uno
así mismo, y eso no se puede consentir.
No quiero caer en ese culebrón mental. Mi Preysler es muy guapa, más lista que
mi coneja Viky, amable y simpática. Pero yo, ay cómo soy yo de gordita,
monfletuda, que mi Pepe cuando me quiere agarrar no abarca… Y soy mu grasiosa,
me lo dice mi madre cuando está dormida.
Bueno, ¿qué hago? ¿Me hago fan de esta mujer o sigo con mi
aserejé y culines de sidrina?
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