MAREA ROJA Y BLANCA

Hay un anuncio que da de comer vitaminas al corazón y aunque el alma peine canas, ésta se anima con sólo verlo. En él sale un grupo de chavales vestidos de rojo; sus rostros emanan transparencia, incluso pureza, y en sus ojos esperanza, ilusión. Luego, las instantáneas enfocan un chico vestido de blanco tumbado en el suelo con los puños apretados como diciéndome “voluntad, esfuerzo; con ellos he ganado”… Un país como España desvalijado por políticos incompetentes, corruptos, ladrones, cuyo afán depredador y galopante es el poder y no el ciudadano. Un gobierno que, aunque su eslogan sea la tolerancia y la apertura, pero que, a la hora de la verdad, son unos sectarios y, si me apuráis, poseen ciertas briznas de nazis. Atados todos ellos por infames y oscuras querencias sin importarles quién les da de comer y les mantiene en el poder…, cuando veo estos jóvenes me renace entre las cenizas de miseria la ilusión, la esperanza.
Me cautivan con su sencillez, con su espíritu de equipo.
Hoy es un día especial para ellos; también para los millones de españoles que no despegaremos los ojos de una pantalla esperando, buscando un algo que nos sujete para seguir adelante con su ejemplo, que nos ayuden a no olvidar los buenos principios ya que estos están en la hoguera de las vanidades.
Nadal ha conseguido transmitir honestidad; gracias.
La selección aunque hoy no gane, nos ha unido a todos los españoles; gracias.