imprimes humildad en mi gesto osco y cenizo. La luna pasea su nocturno sobre tu verde opaco y las estrellas son la guindilla en tu piel de nácar.
Cuando el sol bruñe su rayo, continúas perezoso amamantando mi sosiego.
Eres otro, eres el mismo, como una mujer con atuendo distinto.
Cuando el día se apaga, Cuando el alba me baña, sólo tú apagas el fuego que me abrasa. Quietud y apatía, armonía en mi semblante para apreciar lo que la vida me ofrece.
En un minúsculo rincón de mi casa, crece un pequeño jardín. Cuando el día se apaga, cuando la luz se despierta, el refugio de mi pensamiento es su silencio que calla y escucha la voz contrita de mi yo más oculto.
8 comentarios:
Que bien que tengas ese remanso.
En los tiempos que vivimos es un privilegio.
Besos.
Cuando el día se apaga, la flor de la petunia violácea comienza a oler.
Cuando el día se va, sigo enredado con los programas que no pitan en el PC más malo del mundo, sus bits son como pencas de chumberas.
Aún sigo enredado con TV y su paranoia infernal.
Besos en un mañana de guerra con Nero y sus codec.
Toda la tranquilidad que puede trasmitir un espacio. ¡Qué bueno que lo celebres! Una abrazo
Bello silencio en tu interior.
Un fuerte beso querida Angeles
Respiro tu aliento de primavera temprana...pintas la calma que busco...
Es importante buscar la calma donde sabemos que la podemos encontrar y respirar al unísono con quien nos ama todas las primaveras del mundo.
Muy bonito texto.
Buen finde
Eres afortunada, querida amiga.
besos
Guarda ese "rincón"... guarda ese "jardín"
Besicos.
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