sábado, abril 10, 2010

MANUELA

Trabajo en banca desde 1993; he tenido muchas experiencias, buenas y malas, pero hoy se me han roto los esquemas…
Sonó el teléfono, me fastidió y esperé tres sonidos para descolgar. Una vez que contesté, hubo un silencio prolongado. Al teléfono cuando uno calla, aunque sean milésimas de segundos, la sensación es de abandono total, así que repetí mi saludo. Entonces surgió una voz suave de mujer. Educada, excelente entonación, bonita. Con timidez pronunció su nombre y el cometido de su llamada “Soy Manuela, me han llamado ustedes varias veces, pero no les he cogido el teléfono. Me daba vergüenza”
Sin saber el porqué, se me hizo el primer nudo en la garganta y medité la respuesta; callé y al fin respondí obedeciendo a mis instintos porque el teléfono es uno de esos medios que a veces nos hace sacar esa parte de nosotros mismos que ocultamos. Se esfuma el pudor de ese cara a cara que tanto nos intimida y, así, Manuela que nunca había hablado con MªÁngeles se puso a narrar una parte de su vida “Ustedes siempre se han portado bien conmigo, se han adaptado a mí en vez de yo al banco, pero esta vez no puedo corresponder. No tengo dinero ni sé cuándo lo tendré. Mi hija y yo nos estamos matando a buscar trabajo, pero no el suficiente para pagar lo que debemos por eso llamo para que ustedes hagan lo pertinente. Yo primero tengo que dar de comer al menos a los chicos y si sobra…, pero esta vez ya…” Enmudeció con dignidad. Presentí que se quitaba una losa de encima siendo coherente a sus principios y dando la cara. Yo olvidé que trabaja en un banco para socorrer anímicamente a aquella extraña que había puesto su corazón en mi teléfono. Luego, a duras penas recordé dónde estaba y procedí con mi deber.
No me puedo quitar de la cabeza a Manuela; sé que como ella ya hay casi cinco millones mientras otros se llenan los bolsillos robando, estafando, engañando…
¿Sabéis lo que significa, en los tiempos que corren, tener un trabajo que te permita vivir con dignidad tú y los tuyos?

10 comentarios:

bixen dijo...

Yo antes prestaba dinero y ahora, si acaso, se lo doy; a cambio de comer con su familia. Que por qué? Si no lo saben es porque no han dejado dinero!
Se pierden amigos y/o conocidos, pero lo peor de todo, es que tratan de salvaguardar su dignidad, acusándote de cualquier cosa (75% cuando prestas a realmente jodidos). Los que te devuelven el dinero, parece que te están prestando a ti.
Dejar pasta a quien sabes que mueve, es hasta egoísta: "me debes un favor!"

TORO SALVAJE dijo...

Cada vez más Manuelas.
Que drama.
Ojalá que todo mejore pronto porque nos la vamos a dar.

Besos.

Antonio dijo...

Muy buena entrada amiga Mariángeles. Cada vez hay más manuelas, mientras muchos manueles se van forrando. La banca no perdona y los que tienen quieren más sin mirar al que no tiene... Eso sin contar los que mangonean en función del cargo.
Un abrazo

MarianGardi dijo...

España, está en banca rota, es muy lamentable todo lo que nos ha sucedido.
Antes daban créditos a todo el mundo, ahora no hay dinero.
Llegó la burbuja de la que tantos rumores se escuchaban decir, ya la tenemos aquí ¿y ahora qué haremos?
Un sincero y cariñoso abrazo mi querida Angeles

MarianGardi dijo...

En todas las crisis hay oportunidades y oportunistas, las hay hasta en las mejores guerras.
Es cosa del Rodaje de las Sociedades consumistas, imposible de calcular sus consecuencias, ni quienes serán los mas perjudicados, como la lotería ¡vamos!
Ya podemos amarrarnos los cinturones, pero yo veo los bares llenos y las tiendas consumistas también, aunque han cerrado muchas por toda la Nación.

Juan Julio de Abajo dijo...

Esta es una cuestión peliaguda, en donde influyen demasiados factores y todos tan obscuros como aviesa es la política, la prepotencia de los fuertes por encima de los débiles, y, lo más irracional, que se haya llegado a situaciones como la que tú narras. Una cosa es hacer apología del drama y otra es vivir el drama. Pero, amiga mía, la culpa no la tiene quien responde al teléfono: la culpa es de los que se agazapan y rara vez dan la cara; los que predican sin decir nada; los que prometen con palabras huecas; los "Mandamás" que nos han metido en un fregado de incertidumbre y miedo constante... Como la angustia de la mujer sin voz, que es la elocuencia de la ansiedad y la psiquis herida.


Besos, por ser como eres: mirífica.

JULIO.

www.fancyediciones.es
juan@fancyediciones.es

Anónimo dijo...

Querida amiga: como me imagino que me imaginas, ya sabes lo que siento al leer esta historia que relatas.

¿Sabes qué cantidad de dinero negro hay embalsado en los paraísos fiscales?

Se estima que 2,5 billones (con b) de euros.

¿Sabes que si estuviesen sujetos a impuestos porque fueran dinero legal esta crisis no sería ni la décima parte de lo que es?

Pues eso.

Lo malo es que hay Manuelas de carne y hueso.

Un beso.

Azpeitia poeta y escritor dijo...

Desgraciadamente es como lo describes, y no hay paliativos para algunas situaciones, que empiezan a ser límite, y como dice muy bien existe una clase política absolutamente corrupta, que ignora lo que ocurre al otro lado de su coche oficial y su restaurante de 5 tenedores pagado con la visa oro del partido...decía mi abuelo "Mala cara tiene el perro..." Como siempre tienes un corazón que no te cabe en el pecho y vives el problema con la intensidad que se merece....Tu página es un oasis de sinceridad y buen hacer literario...un abrazo muy grande de azpeitia

guillermo elt dijo...

Me has conmovido con tu post... No, no es por la historia en sí, porque sé que hay cientos de miles de ellas hoy en día dadas las circunstancias de la crisis económica que desgarra las entrañas del pais, sino por cómo lo has contado. Por lo tremendamente respetuosa, delicada y sensible que has sido. Bueno, que eres en todos tus reltos, pero en ninguno he has hecho conmover como en éste.

Sabes cómo hacerlo, jodía.

Besicos.

psicologia de futbol dijo...

ya me hacia falta pasar por aca y muy conmovida con tu historia.