jueves, marzo 25, 2010

EL HOMBRE QUE FUMABA DEMASIADO

Eran las diez de la noche de un miércoles. Llovía, hacía frío y añoraba estar en la cama leyendo, sin embargo estaba delante de un chef que me preguntaba con ojos juguetones si tenía apetito, hambre o gana. Después de haber mirado la carta por el derecho y el revés, una cosa tenía clara: el diseño culinario no era lo mío, pero me encogí de hombros a la vez que le dedicaba una sonrisa desganada. Mientras recitaba las beldades de una carne de corral y una reata de verduras silvestres, me percaté de un hombre que estaba sentado frente a mí; dejé de escuchar al cocinero y me enfrasqué en observar a aquel joven. Sus maneras no eran las de una mujer, ni siquiera las de un hombre normal. Gesticulaba con gracia, ponía pasión mientras hablaba, se acercaba a su interlocutor a escucharle con atención. Y de pronto, encendió un cigarrillo; nunca he visto fumar con tanto placer y feminidad. Sus dedos apenas rozaban el cigarrillo, parecía como si éste se estuviera sujetando simplemente por el magnetismo del deseo. De su boca, salía un humo pausado, dócil, tan suave como aquel hombre.

No sé lo que cené, sólo sé que según cogía aquel extraño la copa de vino con una desenvoltura poco usual, yo cogía la mía. Según encendía un cigarrillo, yo encendía otro… Hasta que en un momento dado brindó con su acompañante y, acto seguido, se besaron; despacio, dulcemente… Después, se levantaron y los dos hombres desaparecieron bajo la lluvia un miércoles cualquiera.

11 comentarios:

El Drac dijo...

Te encontraste con uno de los lindos muchachos que de lejos parecen y de cerca..son!!! Un abrazo

TORO SALVAJE dijo...

Igual era un duende.
Parece mágico.

Besos.

Maripaz dijo...

Supiste aprovechar la mágia de la noche.

Bueno, muy bueno...

Besos

Anónimo dijo...

Vaya, y tú allí sola.

A ver si en Jeré...

Besos, prenda.

Nómada planetario dijo...

Llevo mal los locales cerrados con fumadores, al margen de sus tendencias sexuales, que cada cual puede hacer de capa un sayo o de mangas capirotes.
Besos a punto de dar avante toda.

Jesús Arroyo dijo...

Seguro que se alzaron juntas (tu copa y la suya) la única diferecnia es que él no lo sabía.
Besazos, Cantalapiedra.

José Luis López Recio dijo...

He vuelto a fumar tras tres años¡Qué tonto soy!
Me ha gustado el relato. Lleno de buen gusto y de elegancia como ese hombre que fumaba demasiado.
UN abrazo

Luis y Mª Jesús dijo...

No hay derecho a que no tuvieras alguien a tu lado para brindar juntos.

Tanta dulzura estaría muy estudiada, mucho espejo.
Un beso

Juan Julio de Abajo dijo...

Observar es comprender. Y comprender es discernir lo que nos circunda sin enjuiciarlo.

También se puede decir que "conocimiento es poder".

Un beso alborozado.


JULIO.

www.fancyediciones.es
juan@fancyediciones.es

bixen dijo...

Espero que no se trate de una puta mariconada cualesquiera; y sea simplemente un acto postergado de condolencia, sincero y profundo, de verdadera amistad.

Maria Coca dijo...

Un relato que se fija en los detalles. Y es que los detalles dicen tanto...

Me gustó.

Besosss