Vertiginoso tragaluz que la conduce a que esa nostalgia se anude en su garganta como una corbata de un ayer sin repetición posible.
El sonido sordo de las gaviotas revolotea por sus tejados despertándola al océano de sensaciones que anidan según observas las cuestas de su cintura, sus nalgas atornilladas a un pasado...
Por eso lucha por cerrar las compuertas de su melancolía, así tal vez, olvide lo que no se puede ni quiere olvidar.
9 comentarios:
Escribes tan bien, que haces versos de la prosa.
Besicos.
Eres una estupenda escritora.
Un gran abrazo.
NO sé si lo que interpreto estará bien , pero lo diré sin ambajes; creo que cuando una mujer liviana se la ha pasado así todo el tiempo y ha dejado pasar su tiempo exacto, no hay vuelta atrás. Sólo queda recordar y aceptar su irreparable soledad. Un abrazo.
Si lo olvidaras.. me gusta como plasmas tus sentires.
Un abrazo
Saludos fraternos..
A la melancolía hay que tenerla bien sujeta.
Se puede.
Besos.
Pues a mí, ya ves. Cuando controlo las heridas de la melancolía, se me abren las de la economía. Y con los tiempos que corren, no sé yo qué es peor.
Sigues haciendo buen cafelito con las letras, rubia.
Hum...
Beso.
Por ahí estaba mi 5º, mi desastre, más bueno que el pan pero demasiado original. Has despertado mi melancolia, me preocupa en caravana con los amigos
Que bella es Lisboa y su Torre de Belem, casi tan bella como tus letras.
Un abrazo sincero
Cantalapiedra:
Hemos estado en el mismo lugar en diferente momento. Tengo una foto con el primer tejado (primer plano) un poquito más a la derecha... uy, uy, casi casi igualita. Luego... a bajar escaleras.
Besazos.
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