sábado, enero 09, 2010

¡NO TE ESFUERZAS, MAMÁ!

Soy de la generación del cassette y el vinilo, ¿os acordáis? Cuando me vine a Madrid, mi torre musical quedó varada en el puerto del olvido, en casa de mi madre, nueva, impoluta, pero muda; desapareció la aguja y cintas ya no se venden.

Los tiempos avanzaron y me obligaron a pasarme al CD. “¡Estupendo!”, pensé, ocupan menos espacio y su hueco fue ocupado poco a poco por más libro, aunque cada navidad cuando piso el salón de mi madre veo en un rincón mi atalaya juvenil y me produce una dulce nostalgia.

Y si damos a la gramola, las épocas siguieron su curso, y no hace tanto se instaló un nuevo chisme sonoro “el Ipod”… Para mí esto ya eran palabras mayores; cada vez me cuesta más reengancharme a las nuevas tecnologías, pero este año cuando escribí mi carta a los Reyes Magos (en casa escribe carta hasta el apuntador pues no se fían del gusto de sus majestades), además de insistirles que había sido una chica excelente, les pedí un chisme de esos. Los reyes son conmigo generosos y discretos y no discutieron mi petición; el día seis allí estaba una cajita y dentro… mi calvario.

Lo bueno de la gente joven que, como ha nacido con la tecnología punta, no comprende que otras mentes más añejas no comprendan.

Llevo tres días mendigando y sólo he recibido bufidos y entre las expresiones más cariñosas que he escuchado, la más repetida ha sido que no me esfuerzo en comprender.

Así que ayer por la tarde me armé de valor, comprensión, esfuerzo y paciencia (dos horas y media de reloj) y… no sé lo que hice, pero suena.

Podría estar satisfecha por mi proeza, que lo estoy, pero lo que de verdad me gustó fue la sensación que me produjo ver ese Madrid inhóspito, impersonal e incómodo con un equipo de música colgado a mis orejas. El metro, las calles, la gente, los edificios…, todo me resultaba rítmico, agradable de mirar, sin esa oscuridad impersonal que tanto me repele; fue una experiencia única.

Ahora he de seguir avanzando por el mundo digital…, con lo difícil que es ya caminar por el mundo real. Todo sea por esas sensaciones únicas, ¿no?

13 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

Madrid con banda sonora.
Seguro que suena mejor.

Besos.

Anónimo dijo...

Mi hijo tiene uno de esos cacharros de extraño nombre. Encuentro cierta similitud con los libros esos de piedra en los que caben doscientos ejemplares. Modernas tecnologías que lo empaquetan todo a lo bestia.

Me confieso resistente. Aunque probaré.

Mientras tanto te recomiendo un libro: "FIN", de David Monteagudo, editorial El acantilado. Es como que bueno bueno. De los de no soltar hasta la última página.

Unos besos p'a contrarrestar el frío polar.

Higorca Gómez Carrasco dijo...

Cuanta razón tienes amiga, como bien dices es difícil caminar por la vida y ves, ahora caminamos por un mundo totalmente distinto, digital, un mundo que a veces me pregunto ¿existe? porque claro al ser digital te lo preguntas.
Me gusta tu página y por eso te mando besos

ALBINO dijo...

Donde esté una buena orquesta sinfónica, un buen grupo de rock o incluso uno de salsa, que se quiten todas las maquinitas.
Yo tengo un disco de pizarra de Enrico Caruso, herencia de un abuelo melómanom pero lo utilizo como decoración. No sabría como hacerlo sonar.
Un beso

La Dama Zahorí dijo...

Me alegro de la generosidad que los Reyes han demostrado contigo. El Ipod es un cacharro bastante útil (te aconsejo que lo uses mientras cocinas... yo ya no guiso unas lentejas sin él, aunque para ir por Madrid tambien tiene que estar bien). Un saludo y feliz año.

Anónimo dijo...

Pues verás el lunes en el autobús...fuegos artificiales.
bss

Micaela dijo...

¡Cuánta razón tienes amiga! A mi también me cuesta mucho apuntarme a las nuevas tecnologías... Pero hay que modernizarse y adaptarse a lo nuevo. Un beso grande.

aapayés dijo...

Todo cambia... me sorprende si..

Saludos fraternos
Un abrazo

Que disfrutes del fin de semana

guillermo elt dijo...

Corres un peligro... Pues que enganchada al "ipó", puede que pierdas parte de recepción de lo que el mundo te muestre... o algo así... que digo yo.

No?

no!... Ssssstupendo.

Besicos.

MarianGardi dijo...

Como cambia todo y que deprisa, si el cassette estaba ahí hace dos días, ya pronto ni el CD. Yo no doy a basto a tanto conocimiento tecnológico.
A mí me han traído los Reyes una maquina de fotos digital y tengo que ir a la Universidad para hacer el curso del aprendizaje. Una lata por cierto, todo sea por avanzar y digo yo, ¿si en otras cosas nos retrasamos como que las maquinas nos adelantan?
Cariños

Maripaz dijo...

Jajajaja, MªAngeles, soy de la misma epoca mas o menos que tú. Me gusta mi epoca y los "trastos" de mi epóca, pero me apasionan las nuevas tecnologias.

Hace unos tres años, tambien sus majestades, que me conocen muy bién, me trajeron un aparatejo de esos y desde entonces, me ocurre como a tí, veo las calles y las gentes con la mirada, de la alegria que me produce la musica.

Es como romper con la monotonia y poner otro color, a esos momentos que caminamos por la ciudad.

Eso sí, procura no poner el tóno muy alto. Y cuidadito al pasar el semáforo...

Tambien mi maestra, huye cuando le plantéo nuevos problemas...pero yó, constante caiga quien caiga...

Un beso

Unknown dijo...

Hola niña... pues yo sinceramente me niego a eso de colgarme de las orejas a la música, aunque sea la que mas me apasiona, ni el gran tenor..

.. no .

.. que diablos, perderme esos ruidos extraños, y conocidos, nuevos que tiene la ciudad.... que la acompañana, es como el mar pero en urbe... tiene sus ritmos, sus cadencias... sus latidos y sus alertas..

pero.. me gustó ver que tu disfrutbas.... y sobre todo huias de esas sensaciones de soledad de oscuridad impersonal..

... que yo... no suele tener en esta ciudad a la que amo y odio y escucho a la vez.

Besitos otra vez

call center dijo...

Francamente si seguimos asi no se donde vamos a parar pq es demasiado lo que nos cambian todo ahora y lo triste es que nuestros hijos si viven sumergidos en lo nuevo.