viernes, octubre 30, 2009

AYER TE VI

Ayer vi tu foto y me quedé largos minutos mirándote, adivinándote, descubriéndote. Tu estatus yacía en el suelo desconsolado. Tus ojos se dirigían a la cámara con calidez y esa verdad que escuece a tu herida...

Y es que no sólo el tiempo ha hecho mella en ti. No, hay algo mucho más hondo que nos puede desfigurar a cualquiera de nosotros... El dolor.
Éste nos hace más humanos. Pone ojos al corazón, y razón al pensamiento.
Nuestra arrogancia se desarma ante el tormento desvistiéndose para mostrar la fragilidad de su ser, la humildad de su piel.
Ante la aflicción pasamos a rendir tributo a los cinco sentidos anquilosados, perdidos en la prepotencia vana... Y nos transformamos, nos transformamos en seres humanos grandes, sensibles, humanitarios, en modestas personas.
Porque dolor no conoce fronteras aunque se empecine en los débiles, con el tiempo todos caen. No hay señores ni esclavos, ni ricos ni pobres, el tiburón hiere a cualquiera.

Ayer, cuando vi tu foto, podíamos ser cualquiera de nosotros, me di cuenta de tu herida, tan grande que te descoses por las costuras y que, sin embargo, ahora irradias una sencilla alegría. Aún sin vencer el dolor, le habías vencido. Al fin te habías hecho persona.
PD. Una recomendación, amigos, id al blog de Liliana y leed el relato de Salvador Robles Miras... Merece la pena.

9 comentarios:

Jesús Arroyo dijo...

Ahora mismo pincho el enlace, Cantalapiedra.
Besos.

Jesús Arroyo dijo...

Hola de nuevo:
Je,je... primer y segun en los comentarios de hoy.
El cuento de Tanque es un texto bonito, sencillo en su lectura y tan real...
"Te descoses por las costuras" ¡qué frase tan significativa!
Un beso, reguapa.

TORO SALVAJE dijo...

Tiempo y dolor.
Eso acaba con cualquiera.
Y a todos nos llega.

Me ha gustado el cuento.

Besos.

call center dijo...

Todos en un momento determinado de nuestra vida tendremos que conocer el dolor quisa de niños lo obviamos o no sabemos ni que es pero algun dia llegara silenciosamente.

José Luis López Recio dijo...

Me has dejado meditando.
Cuando termine dde hacerlo seguir´we tu consejo y visitaré a Liliana
Un agran abrazo

Luis y Mª Jesús dijo...

Me encantó el cuento y me gusta tu relato. Solo se aprende a vivir cuando el dolor te ha estrujado el corazón hasta sentir que el latido se ahogaba en lágrimas.
Besos

guillermo elt dijo...

De dolores ya pasé un tiempo herido en carne... como si fuera la mía propia.

Besicos

América dijo...

El dolor nos templa el alma,nos fortalece y a veces nos agota,en cuanto pueda tomo cuenta de tu sugerencia.

Precioso texto (como siempre)

Un abrazo.

Anónimo dijo...

el dolor se acaba reflejando en nosotros, inevitablemente