Hay días que te sientes apestosamente abandonado, descolgado de la catenaria de tu vida y hasta la soledad, tu innegable amiga, se vuelve en contra tuya. No te sientes cómplice de las horas que emergen a tu alrededor, y tejes vacíos sin darte cuenta en la tela de araña en que has metido a tus sensaciones muertas de asco. Sólo el deber manda en ti, anulando todo lo demás.
Arrastras el cansancio y la desidia hasta un asiento dejando caer tus huesos descompuestos en mil pedazos, sin más objetivo que cerrar los ojos y perderte.
El tren arranca, y mece el cansancio con la dulce nostalgia de cambiar de vía mientras una lágrima solitaria se pega a tu mejilla… Y llega el sueño, ése que repara aunque no cura las heridas. De vez en cuando abres los ojos sin ver nada. Paisajes difuminados que corren al son del ave que vuela al norte.
Vuelvo a cerrarlos, pero algo me obliga a abrirlos: el tren frena en un océano de llanura, tan verde, tan plana, tan amarilla; parece un cuadro que estoy palpando.
La ventanilla se ha convertido en un inmenso paisaje. Un racimo de pueblos diminutos tocando el sol con sus espadañas, caminos de cipreses y puentecillos sorteando el caudal de algún riachuelo. La espesa llanura no tiene confines y el cielo la hace más eterna pues no hay montañas que la corten ni anzuelos que rematen la lejanía. Se oye el silencio por los caminillos de tierra, se presiente el sosiego por esa Castilla de verano.
Arranca el tren, y digo, entre sueños, adiós a esa estación de paso. Sin duda, ella ha sido capaz por unos instantes de hacerme olvidar el deber, y sumergirme en el placer de los sentidos.
9 comentarios:
Los viajes en tren tienen un toque melancólico.
Como si nos despidieramos de algo.
Bueno, eso siento yo a veces.
Besos.
Esos días son cuando solo quiero estar en silencio..
Un gusto siempre leerte
saludos fraternos
un abrazo
Es curioso lo bien que escribes esas emociones, que no se llegan a verbalizar y que muchos tenemos..
Besos
A eso que describes yo lo llamo encefalograma plano y...funciona.
Mucho ánimo que hay días mejores y...terminan llegando.
Bss
Ay madre. Me arrancas suspiros. El primer párrafo es una bomba de las que fabricaba Sartre. Menos mal que siempre aparece de forma inesperada una estación de paso para bajarse y estirar las piernas.
Más de una vez, éste que escribe perdió el tren por distraerse demasiado en el bar, jeje...
Besos, amiga.
P. Codorníu
sedémonos en verde y en poema y en verso, y en verdad
Pues sin duda hay dias así, lo escribes bien con esa melancolia que producen las estaciones y las despedidas.
Cordial saludo.
Rocío
De pantalón y camisa blancos o hueso, con bolso pajizo, fumando un cigarro... Estaba segura de que eras tu pero la seguridad de la estación me impidió acercarme y eso que no me conocen. Quise despedirte aunque tu no me identificaras. ¡Otra vez será el achucharte!.
¿Dieron esperanzas en Oviedo?
Muchos besos
Si no fuera por esos rayitos de Sol, que entran por las ventanas del Tren en el viaje de nuestra vida.
Que seria de nosotros?
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