viernes, julio 04, 2008

INICIACIÓN A LA VIDA

¿Cuántas veces nos vemos obligados a reinventarnos sobre nuestras cenizas? Muchas, a veces, demasiadas…

Ella es rubia, menuda, vivaracha y le gusta la vida; tiene treinta y cinco años. Hasta hace un año sus horas eran mieles en sus manos, en su voz. Su savia transcurría en un descapotable con la velocidad ajustada y la música rock bailando su sintonía preferida. Sin embargo se torció, como la de muchísimos seres anónimos que pululan a nuestro alrededor sin ni siquiera intuir que existen, pero como no lo sabes, el corazón ignora y sigue su trote feliz hasta que un día te topas con alguien que sí conoces, que compartes su tiempo, que sabes de sus sueños y parece que el mundo te traga. No encuentras palabras valientes que expresen aliento, convicción y te tornas mudo, espectador sin fuerza ni valor.
Mi sonrisa distraída florece como un capullo sin fuste… No encuentro el vigor convincente y sí la rabia estéril.
¿Qué dices a alguien que siente como su vida se escapa a chorros?
Husmeo en la distancia su melena que cae lacia como su existencia en estos momentos… Aunque su coraje no la abandona. Un día se torna gris y al otro, sale con capote a torear su suerte y mis ojos se humedecen en silencio.
Por eso hoy atrapo el alma de este personaje cuyo nombre podía ser Ana, Victoria… ¡Qué más da su nombre! Y recoloco mi ánimo para dárselo a ella; es lo menos que puedo hacer mientras mis labios musitan un te quiero enfundado de impotencia.

5 comentarios:

Carlota dijo...

Difícil situación, aunque es fácil decirlo, creo que no habría que rendirse nunca. Un beso.

Lola Bertrand dijo...

Es cierto, muchas veces queremos hacer , pero somos incapaces y esa impotencia nos frustra.
Abrazos de mar.
Lola

Unknown dijo...

Estoy con Carlota, no hay que rendirse, al menos intentarlo y desde luego como dices, a nivel personal, como mínimo recolocar nuestro propio ánimo para así no perder el norte de lo privilegiados que somos.

Un abrazo

Maria Coca dijo...

La impotencia nos llena de furia contenida. Y nos sentimos muy débiles... Interesante texto, amiga.

Besossss

Mª Ángeles Cantalapiedra dijo...

Buenos días a todas... Este post es muy triste, demasiado. Y ya sólo por esta persona merece que escriba risueña, que la dé vitaminas de sonrisas. Así que este verano si entra en este blog, sólo encontrará felicidad.
Muchas gracias, niñas por leerme, sois un amor.