domingo, marzo 16, 2008

FALSIFICAR MI YO

Mentir me ha hecho llorar desconsoladamente tres veces en mi vida: una de risa, otra de gratitud y, la última, de pena. Las tres me descubrieron que era una artista del fraude en lengua y en palabra.
… Siempre he sido muy afín a la llamada mentirijilla piadosa, ésa que he utilizado con fruición sin más por qué que el de no hacer daño a una persona con una verdad que no tenía razón de ser. ¿Para qué hacer sufrir a alguien con algo que no va a ninguna parte? Un parche mío muy utilizado que, con los años, he desestimado. Me he vuelto más fuerte, más valiente o, que me da igual lo que digan; voy, lo suelto y allá cada uno con su peso.
La primera vez que utilicé una mentira gorda fue en un trabajo. Me iba de él y no sabía cómo despedirme, se había portado magníficamente conmigo, pocas veces he encontrado un cúmulo de gente tan buena. Ahí pensé que los azotes de la vida, la lucha sin descanso por ganarte el cobre, hacen de las personas una raza especial cuyo fondo es nítidamente limpio, honrado y de admirar. Me inventé que mi marido había sido infiel –pobre hombre, si es como un cura sin celibato- y tenía que quedarme en casa. ¿Por qué dije aquella barbaridad en vez de decir una verdad? Porque yo había tenido más suerte que ellos habiendo hecho la mitad. Sencillamente, no me parecía justo. Según hablaba, lloraba de gratitud por la suerte que había tenido al rozarme con esa clase humana.
La segunda vez que engañé en gordo fue para hacerme justicia. Os explico: comenzaban mis pinitos en la escritura y la gente no sólo me consideraba que era una pésima escritora, lo cual era verdad, sino, además, una cursi en potencia. Así que mi amiga Chispita me sugirió que me hiciera la cirugía estética y me convirtiera en hombre. Dicho y hecho, desaparecí como mujer y surgió Daniel el travieso, apodo propuesto por mi amiga. Sin prisa, pero sin pausa, me gané el respeto, la admiración e incluso, me salió algún ligue que otro. La misma pluma con distinto collar y, sin embargo, la gente cambió de opinión. ¿Machismo, recelos…? No sé, pero me reí lo que no está escrito y tengo que agradecer a aquella etapa de mentira, mi amor a la escritura y al afán de demostrarme que yo podía.
La tercera vez que fingí no ser yo, terminé llorando de pena. El motivo, en esta ocasión, fue también la escritura. Había un foro de escritores semi consagrados, lugar cerrado y selectivo, el cual había rechazado mi entrada. Como yo un no lo tomo como un reto, me propuse entrar de la manera que fuera. Así que me puse a escribir una carta de presentación que, cuando terminé, estaba llorando a moco tendido. Me había metido tanto en mi personaje, que me lo había creído. ¿Qué personaje? Una viuda inconsolable, sola en la vida y que quiere aprender a escribir para olvidar sus vacíos; vamos, un culebrón para televisión. Entré y fui uno de sus miembros más queridos. Un año después, maté a la viuda; confesé mi crimen al dueño del foro y ya entré con mi nombre de verdad.
No, no he vuelto a mentir, la escritura me da muchas satisfacciones, me ha enseñado muchas cosas, la más importante la de quién soy a viento y marea.

13 comentarios:

Carlota dijo...

:) qué cosas... me encantó la primera mentira, a tu marido no sé, jaja... uno de los primeros escritos mios del blog fue precisamente sobre las mentiras, o más bien sobre las verdades infames, esas verdades dichas con el propósito de hacer daño... y ahora estaba preparando un post sobre las mentiras digamos inocentes... lo que es una pena tener que recurrir a convertirte en otro para que te acepten en un sitio concreto, no lo digo por tí, sino por los otros. Un beso, preciosa, buen domingo.

Anónimo dijo...

Me quedo con el título: falsificar mi yo. Mucho daría de sí este tema, y en este cuadradito donde escribo no hay sitio para tanto.
Me conformaré con decir que aquí el único "falso" es el yo de cada cual; que nos hace dar por seguro que somos alguien permanente al que las circunstancias le empujan a mostrarse haciendo papeles distintos.

Reconozco que esta posición mía rema contra lo obvio. Y que el que no lo vea, no lo ve, y ya está. Por eso no sigo.

Pero ya decía Galileo, que a veces lo obvio... jajaja

Un beso, Mª Ángeles.
Pepe.

Nómada planetario dijo...

A veces no queda más remedio que adoptar una de las múltiples personalidades que se presentan para acceder a algo, tampoco es plan de terminar en el psiqui, pero lo conseguiste sin hacer daño.
Enhorabuena.

PIER dijo...

JO!..
Yo tambien digo mentirijillas.. pero jamás he dicho que mi marido sea infiel.. jajaja.. lo siento..es que me ha dado la risa tonta.. esta la voy apuntar para uno de estos dias que tenga que no quiera ir a la academia.. ya me veo con el moco tendido en la cara y los ojos rojos.. jajaja..

Estas mentirijillas no son para nada malas., no le hacemos daño a nadie., y si queremos salir de un apuro estan muy bien vistas..jajaja..un abrazo.

Mª Ángeles Cantalapiedra dijo...

bUENOS DÍAS cARLOTA... MI POBRE MARIDO AÚN NO SE EXPLICA POR QUÉ NO ENCONTRÉ UNA MENTIRA MÁS SUTIL Y A MÍ DESPUÉS DE TANTOS AÑOS, ME DA LA RISA... SOY TREMENDA CARLOTA, NO TENGO REMEDIO
UN BESITO

Mª Ángeles Cantalapiedra dijo...

PEPE, FALSOS SOMOS TODOS, PERO CREO QUE ESA FALSEDAD VIENE COMO DEFENSA ANTE EL MUNDO, ?NO CREES?
uN BESOTE Y GRACIAS POR VENIR

Mª Ángeles Cantalapiedra dijo...

bUENOS DÍAS MI nÓMADA PRODIGIOSO, TE HACÍA HUIDO DEL INCIENSO Y EL CAPIROTE... uN ESCRITOR, NO SÉ QUIÉN, TENGO MEMORIA DE MOSQUITO, DIJO QUE LOS ESCRITORES SOMOS UNOS LOCOS METIROSOS QUE DESEAMOS VIVIR MILES DE VIDAS... YO APUNTO MANERAS.
uN BESOTE Y GRACIAS POR LEERME

Mª Ángeles Cantalapiedra dijo...

pIERIIIIIIIIIIIIINA, GRACIAS POR VENIR... ME SUPONGO, COMO DICE MI MARIDO, QUE HA DE HABER MENTIRAS MÁS SUTILES, PERO HIJA, YO...

CHISPITA dijo...

Ay mi tirachinas maricón!!! Cada día evocas algo que me hace sonreír, que me trae tan gratos recuerdos, están ahí anidados en mi memoria hasta que tú los despiertas. Es cierto, recuerdo que te labraste un prestigio como escritor y anda que no ligaste jajaja. Es triste que uno tenga que adoptar otro sexo y personalidad para que se pueda apreciar su trabajo, condicionamientos que hacen que la pluma vaya acompañada de una imagen. Aunque en este caso me alegro que así fuera porque nuestra complicidad nos llevo a pasar estupendos momentos. Te quiero chiquitina.

ana dijo...

hOMBRE, PODÍAS HABER DICHO QUE QUERIAS DISFRUTAR DE TU MARIDO O DE LA VIDA, PERO MIRA QUE..., POBRECILLO, CUANDO LE ENCENTRARAN POR LA CALLE, DIRIAN: MIRA, EL MARIDO DE mARIANGELES, EL QUE LA PUSO CUERNOS!,
tU Y TUS OTROS TUS, PARECE UN POST MIO RECIENTE, EN EL TITULO DIGO.
hAY MUCHO QUE DECIR DE NUESTROS YOS Y NUESTROS OTROS YOS,
QUE SE LO DIGAN A BAUDALAIRE, A RIMBAUD, A BORGES A AUGÉ A PESSOA...
NO?
UN BESO,
ANA.

Mª Ángeles Cantalapiedra dijo...

Mi Chispi... me voy a Fachadolidddd, a cantar el cara al sol no, bonita, que te veo venir sino a vestirme de monaguillo y de paso a tomarme unos vinillos.
Un besin, corazón... ah, no se te olvide que te quiero "un guevo"

Mª Ángeles Cantalapiedra dijo...

Hola Anita, gracias por leerme. Yo todavía estoy flotando con tu Salinas y Haendel.
Un besin, hasta el domingo, cuidate

Fernando García Pañeda dijo...

Por mis experiencias personales, la verdad es un arma peligrosísima, que hay que utilizar con extremo cuidado.
La mentira un gran escudo.
Lo importante es saber utilizar cada una con las personas adecuadas.
Extraordinario, Mª.Ángeles.