miércoles, febrero 20, 2008

UNA HISTORIA CUALQUIERA


Mi Queridísimo Perro:
Sí, ya sé que nunca te puse nombre pero, ¿qué mejor apelativo que Perro haciendo honor a tu raza? A mí me encanta, como me gusta los mosqueos que te coges cuando te imito. Quieres ser único, haciendo lo propio de ti y te molesta que alguien venga a hacerte umbría. ¿Cómo te voy a hacer sombra? Por muy cerca, a lo máximo que llego es a mear en los árboles y eso no me lo puedes quitar, es mi forma de revelarme ante el mundo. Ya, no me lo digas, sé que con poco me conformo, pero me divierte y no hago daño. Llevamos muchos años juntos y sabes que no aspiro a nada. Desde que se fue Clarita de este mundo, se me paró el reloj y, si no llega a ser por ti, ahora no te estaría escribiendo; me hubiera muerto de pena en nuestro sillón favorito, pero tú no me dejaste.
Parece mentira que un animal de cuatro patas haya logrado atarme a este mundo y, ya ves, tú lo has logrado con esa cara de órdago que pones al mirarme y tus babas y tu caída de ojos, o cuando me lames las lágrimas furtivas que se me escapan. También me gustan tus silencios, o un guau a tiempo cuando la noche me aterra. Nuestros paseos bajo la lluvia, nuestros días de sol compartido…
Sí, fuiste un buen regalo. Te he de confesar que yo no iba a ser tu dueño sino Pedrito, mi nieto mayor, pero él no dejó de llorar hasta que desapareciste de su vista. Ya ves, te tenía miedo con la cara de alucinado que tienes; de verdad, no lo entiendo… Y, como no sabían qué hacer contigo, pensaron en el abuelo, hombre para todo y olvidado por todos. Y me alegro, me alegro que esa vez se acordaran de mí para algo bueno, aunque ellos no supieran el favor que me estaban haciendo.
Y así, Perro, han pasado los años. Nos hemos hecho viejos juntos, mucho, tanto que hemos dejado de pasear, a lo más que llegamos es al árbol de la esquina. Perro, nos salen goteras por todas partes.
El fulano que ha venido antes, es un veterinario; no podía llevarte hasta la consulta y mis hijos están demasiado ocupados para ayudarme. Me ha dicho lo que yo ya sabía: que estás viejo y que es una lástima que te deje sufrir para nada. Lo quería hacer el mismo, ya sabes, ponerte la inyección para que duermas para siempre. Tranquilo, le he dicho que te la pondrá tu amo.
Seguro que vas a un lugar hermoso, un parque lleno de árboles, pájaros para que los puedas espantar a placer. Incluso habrá muchas perritas para que descargues tu energía.
He pensado que, ya que nos hemos sido fieles y que yo ya no pinto nada en este mundo, nadie me va a echar de menos, no nos engañemos, pues que me voy contigo. ¿A qué te parece bien? Lo sabía, amigo mío.
¿Ves? Es una inyección pequeña para ti y, para mí, he preparado un Dry Martíni de pastillas; todas las que he encontrado, espero que no sepa muy mal. Cerraremos los ojos juntos. Tú mirándome con cara de payaso y yo, mirándote, también, con el rostro lleno de agradecimiento por todo lo que hiciste por mí.
¡Hasta siempre Perro!

9 comentarios:

Carlota dijo...

Bueno, qué preciosidad de cuento! ya me hiciste llorar, so bichaaa!!! no sabemos lo que tenemos en los perros, hasta que disfrutamos de uno (en mi caso, 11). Y la verdad, es que cuando llega su momento, es muy duro, muy duro. Pero hay que vivirlo para entenderlo. Un beso emocionado.

ana dijo...

Uff, al final me he imaginado que sería ficción, por lo de "tu nieto", (qué abuela más joven),
luego he caído, era fantasía,
pero jopé, me ha quedado un nudo en la garganta, que duro.
Otra vez, advierte antes de que todo es un cuento, boniiiito.
un abracito,
ana.

juan rafael dijo...

Es muy triste lo que cuentas, porque paralelamente, fijate lo malo que es querer hasta la muerte, ya lo hagan obligatoriamente o no.

Maria Coca dijo...

Qué tristeee... Me ha llegado al alma. Siempre me pasa con las historias de los perros. Los adoro. Me encantan los perros y relatos como éste me vuelven más sensible aún...

Me encantó!!

Besos desde mi orilla.

Nómada planetario dijo...

No se lo dije en este u otro blog, que la memoria no anda para muchos trotes, tuve que decir adiós a tres perros con la inyección esa y fue un trance muy duro.
Disfruta con el animal mientras puedas, lo triste es querer marcharse con él, lo cual pone sobre el tapete el asunto de la eutanasia.
Saludos y alegrémonos con otros temas.

SiervaDelMesías. dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
SiervaDelMesías. dijo...

Fidelidad eterna... Dulce y tierna amistad. Qué bonito es cuando se cogen de la mano en amistad. confiando plenamente en que en un futuro, estarán siempre juntos. algo de melo-felicidad. BENDICIONES DEL TODO PODEROSO.. FELIZ VALENTIN

Common People dijo...

hice todo lo posible por salvar la vida al perro de mi mejor amigo. Un siveriano de trece años, grande, pausado, pensativo, amigo. La vida pone a la gente en su sitio y esta vez, fuerzas mayores, decidieron que el, Blaki, no tenia sitio en este mundo. La vida no es justa, la mejor de las personas, otra que luce esa sonrisa porteña que nos explicas mas arriba, esa bella persona no podia seguir manteniendo a su amigo, el perro de los ojos de distinto color, blaki. Ya no esta, aqui. Pero todo da igual,vivio bien, libre, feliz, ahora ya...todo da igual. Las cosas aveces, son como son.
Un beso amiga.

Rosa dijo...

¿Sabes lo que considero que le da más valor a este escrito?... Pues que no tienes perro.
Preciosa sensibilidad la tuya que canalizas con la literatura para disfrute del lector. ¡Felicidades!

Un gran abrazo