lunes, febrero 25, 2008

EL SEÑOR FERNÁNDEZ Y YO

Tengo suerte y mi persona atrae a la gente estupenda; ¡Ojo!, no siempre, pero muchas veces sí, y de lo cual me alegro y me aplaudo. Porque, de toparte con un indeseable, que abundan como las setas en otoño, a encontrarte con personas buenas, pues hay un abismo, ¿no os parece?
¿Os acordáis de aquella serie de televisión que se llamaba “Gran Hotel”? O, ¿de la película “Pretty woman” que el hotel estaba regentado por un maravilloso director? Pues el Señor Fernández es mi director personal y, hasta podría decir “my personal shopper” en Buenos Aires. Regenta el Gran Hotel de la Paix
http://catalogue.horse21.com.es/argentina+hotels/buenos+aires+hotels/gran+hotel+de+la+paix
Pensaréis que le conocí allí, ¿no? La verdad es que nuestra relación comenzó una noche de insomnio días antes de mi viaje. La madrugada puede hacer estragos y llevarte por caminos tan oscuros como la propia noche y, eso me pasó a mí. Me metí en unos foros a leer la opinión del hotel y el establecimiento no salía bien parado. Entonces, sin encomendarme ni a mi sombra, escribí una carta al hotel diciendo… de todo menos llamarles guapos; soy así, dudo que pueda reformarme.
Total, llegamos a Buenos Aires y poco más, me estaba esperando el Señor Fernández; no sé bien si para facturarme de nuevo a España, liquidarme o qué. Ante mí apareció un hombre pequeñito cuyos ojos emanaban calidez y sus gestos eran muy cuidados. Me sonrió y yo le sonreí más. Este gesto me sale sólo aunque, si he de ser sincera, en aquel momento enseñé toda mi dentadura y creo que fue de vergüenza. Directamente quería meterme debajo de la moqueta de la recepción del hotel. Pero él, con su cordialidad personal, me comenzó a guiar para mostrarme que lo que había leído era falso. Y es verdad, ahora lo digo alto y claro: no era cierto. Es un hotel muy digno, de tres estrellitas, con un precio extraordinario y su ubicación, inmejorable.
Pero el Señor Fernández fue más allá. Nos dio a las tres locas españolas el IVA que trato de inculcar a mi equipo en el trabajo y no siempre lo logro.
Se convirtió un poco en nuestro guardián, nos mostró una cara de Buenos Aires que no venía en las guías turísticas, nos asesoró en compras. Nos enseñó el sentir del inmigrante español… En fin, vinimos deslumbradas de su bondad.
Y, desde aquí, desde mi parcela Íntima y Personal, quiero hacer hueco a alguien que, sin duda, dejó huella en mi viaje a Argentina.
¡Muchísimas gracias, Miguel!
PD. Si vais alguno a Buenos Aires, id a este hotel. La duda es que no sé si deciros que digáis que vais de mis partes, no vaya a ser que os den un gorrazo.

6 comentarios:

Jesus Dominguez dijo...

Me gustan las personas valientes y honestas. Dos cualidades que más tarde o más temprano te traen buenas cosas, como conocer a personas fabulosas.

Un saludo

Jesús

Carlota dijo...

:) bueno, pues diremos que de la rubia que escribio la carta poniéndoles de vuelta y media sin haber pisado el hotel... yo creo que le gustaría a Miguel ver este post. Un besito, guapa.

Maria Coca dijo...

Gracias por la información!!!!! Viene bien saberla. Me lo apunto!!!!!

ana dijo...

Si que tienes carácter niña,
ni corta, ni perezosa,
noooooo,
pero la valentía, el inconformismo tiene a veces sus recompensas,
Un fuerte abrazo,
ana

Nómada planetario dijo...

Seguro que con tu savoir fair has quedado de maravilla con ese señor.
Tomo nota de la dire para la próxima.
Saludos.

El Cerrajero dijo...

jajajajajaja me has hecho reir con esta historia jajajaja

Buenos Aires es una de las muchas ciudades que tengo en la lista de pendientes, así que apunto el nombre del hotel.

Gracias por la recomendación.