“Dicen que la risa es un bálsamo para el alma. Una buena carcajada nos quita las penas, nos abstrae de nuestros males y, sobre todo, nos hace felices” Fran Sánchez Becerril
Juanito mira la escena
y se pone de mala leche. Están los Gutiérrez en un corrillo charlando
amigablemente con Enrique Jardiel Poncela, Miguel Mihura, Edgar Neville, Pemán,
Luca de Tena y Alfonso Paso. ¿Qué hacen que no están llorando por él en vez de
estar riéndose a mandíbula batiente?
Un honor indiscutible
que hayan venido autores de la alta comedia y el teatro humorístico a su
despedida, Juanito lo agradece, pero es que llevan allí dos horas y aún no se
han acercado a hablar con él; le dan ganas de acercarse al grupo y lanzarlos un
escupitajo en forma de goma de mascar.
Su Rosarito no hace más
que ir a la cocina y salir con bandejas repletas de copas de champan…, ¡Qué
dispendio!, y no digamos las fuentes llenas de sándwiches y la gente venga a
ponerse morados como si hubieran estado esperando meses, años, a su despedida a
la americana para comer y beber gratis… Ahora, cuando todo este sarao termine y
por fin se quede a solas con su Rosarito, la va a cantar las cuarenta. Él creía
que su esposa tenía personalidad suficiente y le está demostrando que está muy
influenciada por Melania Trump o por las elecciones americanas, no sabe bien
cuál de las dos porque lleva pegada al televisor más de una semana a ver qué
pasa en Usa en vez de estar más pendiente de lo que se cuece en España, pero le
replica que aquí en su tierra no hay glamour… ¿Qué tendrá que ver la velocidad
con el tocino?. Nunca dudó que Rosarito fuera la perfecta anfitriona, la dama
de la media almendra que sabía poner la guinda en cada fiesta, por esos sus
amistades se peleaban por ir a sus reuniones donde imperaba la risa y recibían
a sus amistades con el slogan de Chaplin “Un día sin reír, es un día perdido”
En fin, malhumorado,
vuelve con sus invitados estrella, los que de verdad siempre han estado a su
lado, sus verdaderos maestros, con los que creció y le enseñaron el oficio de
payaso. Sí, Juanito ha sido payaso toda su vida, un trabajo como otro cualquiera,
aunque Charlie Rivel siempre le decía que era el oficio más serio e importante
de la humanidad “Juanito, la gente llora, sufre, haz el favor de quitar la pena
y de paso haz que crezcan los niños felices envueltos de risa”
Según creció aparecieron nuevos maestros en su vida
que ampliaron su mundo de la risa y hoy juntos, Fofó, Gaby, Miliki y Juanito,
cantan divertidos “Susanita tiene un ratón” en honor de Susanita, su esposa,
que la conoció precisamente en el circo. Fue amor a primera vista. La incitó a
salir a la pista, su falda se enganchó con una punta y se quedó con la faja al
aire. En vez de amilanarse, se puso la falda al cuello y salió a la pista con
una enorme sonrisa, entonces, Juanito le dijo “Eres la payasa que he estado
esperando toda mi vida”, y de eso hace 53 años. Ella era auténtica, “una especie de espejo ante el que nos
colocamos para vernos a nosotros mismos y aceptarnos. invitaba a reírse de uno mismo, a
mirarse al espejo y reírse de tu situación, tus defectos y tus problemas” …,
pero después de tantos años juntos que hoy sea la réplica de Melania trompeta a
la americana, a Juanito lo descoloca.
¡Qué rápida
ha pasado la vida! Piensa Juanito mientras se coloca la narizota roja por
última vez y se mete en la caja para hacerse el muerto. Miliki le anima, le
dice que hay un ascensor directo del cielo al infierno y que bajan asiduamente
para animar a los que allí se achicharran de maldades y es divertido enseñar a
los malos a reírse. A Juanito mucho no le convence el asunto y pregunta a Fofó
si se puede llevar a Susanita con él y este le contesta que “nasti de plasti”
que el sereno del barrio, don San Pedro, solo abre la puerta a Juanito… “Pues
venga, vámonos de una vez, pero esperad un momento, voy a salir de esta caja
hortera y dar un beso de despedida a mi Melania”
Susanita
sonríe mientras recuerda al payaso de su vida, cuando, de pronto, siente a sus
espaldas un calor conocido mientras a su cintura se enredan unos brazos
invisibles y dice en un susurro “El circo sigue mientras haya quien aplauda a
los payasos”
PD. El portal
ClownPlanet.com asegura que los payasos aparecieron,
por primera vez, en Egipto, en el año 2500 a.C. Fue en la Quinta Dinastía de
Dadkeri-Assi, en la que un payaso enano hacía
las veces de 'bufón de la corte
Anualmente
el 5 de noviembre se celebra el día del Payaso no es una
casualidad y nos toca muy de cerca a los españoles. La fecha fue elegida en honor al nacimiento de Emilio Alberto Aragón.
Ángeles Cantalapiedra, escritora
©La vida secreta de las mariposas ©Un lugar al que
llegar ©Largas tardes de azul ©Al otro lado del tiempo ©Mujeres descosidas
©Sevilla... Gymnopédies
2 comentarios:
Qué bonito y entrañable.
Cuánto les debemos a "los payasos de la tele". A mi me pillaron ya viejo, porque los payasos de mi infancia, todos los anteriores, me resultaban artificiales. Gaby, Fofó, Miliki, Fofito y Milikito fueron un soplo de aire fresco.
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