No estoy a la vuelta de nada pero hay cosas que me
encienden y no soporto que cómo, el maestro Sabina, se maltrate a mi país.
No soy de falsos orgullos ni de ir diciendo de
dónde vengo y a donde voy y a lo único que aspiro es a ser libre y vivir en paz
allá donde fuere aunque no soy indiferente a nada ni mis vitriólicas letras han
tenido que saltar muros para ser leídas a quien le diera la gana leerlas.
No nací en libertad, mi mundo era angosto y
predecible mi destino, sin embargo la ventura vino a sonreír a un cuerpo
chiquito de apenas tres años de edad en tiempos en que se apuraba aquel
franquismo que tanto éxodo y libertades machacó, donde el sudor corría por
espaldas flageladas, donde lágrimas doloridas caían a una tierra muerta y el
perdón no llegaba. Donde el duelo hería más que la propia sangre y noctívagos creaban
en noches clandestinas.
Y, aún con todo eso, tuve la fortuna de sentir la
libertad correr por mis venas, alzando mis alas a escritos con ojos de fe.
Planché mis cornisas sin comprender sus arrugas aún estando rodeada de amor,
pero ya se sabe que los hombres descosen para luego sobrehilar querencias
perdidas; así es la humanidad.
Así fui aprendiendo verdades sin falsear e
historias con y sin recuerdos amargos. Jamás sentí mi cogote peligrar por
pensar o decir y sí mi mente soberana para decidir mi propio destino.
Aquella tierra en que los designios decidieron que
mi cuerpo y mi alma, recorrieran sus caminos me dio todo, todo lo que un niño
no tenía. Y aquella tierra que no era la mía se fue transformando en mi país,
en mi patria.
Entonces, cómo no me voy a sublevar cuando siento
que mi patria, reino, territorio, nación, es vapuleado y vilipendiado… Tal vez
los que aluden a que no han sentido ni libertad ni sus derechos defendidos es
que dentro de ellos no se han sentido ni libres ni respetados por su propia
persona en nuestra historia común y más reciente; es decir los últimos cuarenta
años.
Por dentro me corroe una idea y es que el
fanatismo tuvo su momento; hoy somos de otra manera aunque los extremos deseen resurgir a toda costa. No dejo de
pensar en esta frase de Manuel Vicent "La equidistancia te hará escéptico y amable; es el eje de acero esencial para que no te derrumbes por dentro"
Nadie es mejor
que nadie, ni unos son más que otros aunque los hombres se empeñen en hacerlo
posible. Todos nacemos llorando y todos volvemos a ser polvo en una eternidad
que desconocemos.
Jamás debemos
olvidar de dónde venimos para valorar dónde estamos…
6 comentarios:
Entiendo que la disidencia parte de un descontento, ya antiguo pues antes ya se ha intentando la separación. Valoro a la persona, al yo individual o tan personalisímo como Unamuno, celebro que los españoles se adueñen de su destino pero también pienso si esa crisis no sera mas un síntoma de de otra crisis: la de valores y si toda esa confusión conduzca una balcanización que deje dos naciones debilitadas y exasperadas. Con preocupación pero sigo atentamente los acontecimientos te envío un abrazo grande.
Totalmente de acuerdo, y me quedo por encima de todo con la frase final. Un fuerte abrazo y buen fin de semana.
Todos hemos sido niños. En ese periodo, otros nos observaban. Eran nuestros maestros, sicólogos y padres. Algunos de ellos leían, se informaban, aprendían cómo funcionábamos. Los que dejaron entrar en su pensamiento todos esos datos, recogidos leyendo, observando etc. incorporaron a sus conocimientos que el yo se construye por diferenciación con el otro (estas últimas palabras ya no son discutibles para la ciencia). Cuando eres pequeño/a verse a sí mismo distinto y diferente es la única forma de hacerse un yo.
Y así vamos creciendo y creciendo, separándonos de este y de aquel; levantando fronteras, separando lo que "somos" de lo que creemos que no somos. Es inevitable que, al otro lado, vayamos construyendo a la par los buenos y los malos.
Pero el tiempo nos va volviendo mayores y (como Machado) nos debería llegar la hora de soltar equipaje para llegar desnudos al momento de fusionarnos con la mar. Digo "debería", porque la mayor parte de las personas no soltamos ninguna de nuestras etiquetas diferenciadoras, algunas muy dañinas para uno mismo y para los demás. Incluso muchos se siguen poniendo cuantas más mejor.
Qué pérdida de tiempo. Pobre Machado.
Besos, amiga.
Hola guapa. Estamos volviendo a las dos Españas que decía Machado.
Besos.
Bella entrañables tus sentimientos , ojalá sea un episodio de aprendizaje, le ha permitido a esa España callada pronunciarse en vez de avergonzarse sentirse orgullosa, será una gran lección para todos, muy de acuerdo con tigo , un beso desde mi brillo del mar
Boa tarde, Mª Ángeles.
Vim para fazer esta pergunta: por que tu não respondes aos teus comentários? A Ana Mª Ferrin, de Barcelona, costuma dar resposta a quem comenta, e eu gosto de voltar ao blog da Ana para saber qual foi a resposta.Peço desculpa pela intromissão.
Um beijo. Pedro
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