jueves, mayo 26, 2016

RECORDANDO

Hoy leyendo las letras que no veía, por eso de leer para no pensar porque mi cabeza, en vez de ser cabeza, era un botijo repleto de migrañas, recordé aquel muchacho de pelo del color de los trigales en tardes revoltosas de verano. Ojos de mar con briznas acarameladas y mirada pícara. Era un buen chico y yo bebía los vientos por él. Era de esas personas que, al tratarlas, sabías que a su lado todo iría bien, que la maldad no estaba ligada a él y que la juventud podría ser eterna. No reía abiertamente, recuerdo que la sonrisa quedaba colgada a un lado de su boca, pero a pesar de ser como una media luna, era franca con leves tintes de timidez con lo que aún le hacía más irresistible.
Luego, los años giraron nuestros caminos y, cuando le volví a encontrar,  el trigal de su cabello eran cenizas rubias, su mirada opaca y esquiva y, su sonrisa, una cínica media luna  tan oscura como la noche, aun así me quedé prendada, pero esta vez de la decepción. Ya no era aquel muchacho, la vida le había cosido al bies las aristas de su rostro y su porte estaba preñado de desencanto.

 De nada servía escarbar, el ayer se había llevado todo el hechizo; entonces he cerrado  la memoria del recuerdo y he seguido leyendo sin leer.

6 comentarios:

El collar de Hampstead dijo...

Te entiendo.
De repente la magia se esfuma.
El tiempo,los años,la vida...ya no somos los mismos.
Se estropea aquel buen recuerdo de adolescencia,pero todo sucede por algo,si el azar decide cerrar un círculo...es por algo.
Vivamos el ahora.
; )

Besos.

Pedro Luso de Carvalho dijo...

Olá Mª Ángeles.
A história de nossas vidas contém o presente, mas principalmente o passado. Gostei de ler o que você escreveu de forma poética, e com um texto muito agradável. Parabéns.
Abraços.
Pedro.

miniaturista dijo...

Como nos cambia el camino de la vida.
Un abrazo
Maite

Crónicas vienesas dijo...

La adultez nos va matando. A medida que pasa el tiempo y crecen los desengaños vamos entristeciendo. No siempre es así. Hay etapas, pero aunque las heridas ya no supuren siguen estando ahí. Y cuando menos lo esperas vuelven a sangrar.
Besos

TORO SALVAJE dijo...

El pasado no existe más que en nuestras conexiones neuronales.
Yo si pudiera las eliminaría, sólo me producen tristeza.

Besos.

MarianGardi dijo...

Tus tiernos relatos, son tan placenteros y visuales.
Besos y hasta mañana que espero verte