Diario de una novata XIII
20 de febrero, 2016
¡Qué susto! Me he despertado y no sabía dónde estaba. Para colmo solo me
funcionaba la cabeza, qué ya es difícil pues me funciona últimamente en los
días impares y no todos. El cuerpo seguía tapado, debajo de las sábanas, inmóvil.
Pero mi cabeza con eso de los vahos del sueño no se centraba. Una voz rara
salía de algún sitio “La radio” me he dicho mientras pensaba de quién sería yo
hija si de mi madre o de una radio porque me siento un loro parlante hasta
dormida. Pero abandoné ese pensamiento sesudo y me decía “Recuerda, recuerda” y
mi cabeza me obedeció “Sevilla…Gymnopédies” “Leches, muñeca, ¿no tienes otro
pensamiento más variado?” Entonces como si mi cabeza entendiera que la habían
reñido me ofreció otro recuerdo, más de lo mismo, como si en el mundo no
sucedieran más cosas “Podías haber puesto un título más sencillo a la novela.
La palabra Gunnopedis es muy difícil” “No, si al final la gente no se acordará
de tu novela, solo de Gupedis” Me enfadé. A mi cabeza la pedía saber en qué
cama estaba, mientras mi cuerpo seguía calentito, sin moverse, como si con él
no fuera la fiesta. Entonces, el cerebro que es más serio que mi cabeza me
ofreció imágenes…
Un tren avanzaba por sus raíles alegre y cantarín entrando en
Valladolid. El cielo era de un azul tan intenso como primaveral. Sin embargo en
tierras castellanas uno no se puede fiar de esos cielos mentirosos. En invierno
ese cielo tan pavo como real puede rozar tus paredes de un frio gélido y tus
bordes rellenarlos de un aire que hiela tus malas intenciones. Me bajaba del
tren, caminaba sintiendo tan cerca mi ciudad que mi sonrisa volaba libre.
Después abrazaba intensamente a mi madre y nos poníamos a discutir que es lo
que mejor se nos da. Ella me preguntaba cómo avanzaba mi segunda novela y yo la
respondía que estaba atascada, que necesitaba asesinar a uno de mis personajes
pero no sabía cómo y yo la preguntaba “¿Tú qué harías?” Y ella me respondía “Retorcerte
el pescuezo” y nos enzarzábamos en una discusión tan absurda como real. Mi
madre ese día la funcionaba la cabeza. Para mí era lo más importante, la mejor
noticia, dejando un poco más tiempo vivo a mi personaje, ya habría momento de
asesinar sin que mi madre me recriminara que matar es pecado aunque sea en una
novela.
Después subía a casa. El silencio se mascaba en todas las esquinas mientras
que las plantas a buen refugio se esponjaban con los rayos de sol que se
colaban entre las rendijas de las persianas. Sentí paz y ternura por aquellas
paredes por las que transcurrió parte de mi vida. Luego mi cerebro me ha regaló
el eco de unas risas, conversaciones precipitadas para aglutinar vidas y
ausencias queridas. Cantar un cumpleaños feliz entre cipreses y lápidas
mientras encendíamos una vela encima de un pastel y besábamos incesantemente
aquella losa de mármol donde habita desde hace cinco años nuestra amiga.
También nos dedicamos a poner flores en aquellas tumbas que permanecen
olvidadas, quitamos de aquí, ponemos allá, pero que los vecinos de Marian estén
floridos como ella y nunca olvidados.
Más tarde más besos a mi madre, risas familiares, brindis deseosos de éxito a Sevilla…Gymnopédies. Por
último volvía a abrazar a mi madre, mirarla con los sentimientos desnudos y
desgajarnos la una de la otra para que la distancia nos separara una vez más… Y
así caía rendida en mi cama, la de mi juventud, tan llena de gratitud como de
felicidad.
¡Ostras, mi cama! He reaccionado como ETE cuando miraba al cielo y extendía
el dedo y decía “Mi caaasa”, pero algo ha rozado mi culo sacándome de éxtasis
camero. He alargado mi mano para saber qué era y he sacado la novela de
Almudena Grandes “Las tres bodas de Manolita” y yo he dicho a mi cerebro, a mi
cabeza “¿Qué haces tú leyendo a la competencia en vez de a Sevilla Gymnopédies?”
Comienzo a aburrirme de mí misma mismamente.
4 comentarios:
Tu cerebro es una fiesta eterna.
Disfrútalo.
Y sí, debes ser hija de una radio, jajajja
Besos.
Jajjaja
Cómo centriguga tu cabecita!
Me ha encantado tu madre,lo de retorcer el pescuezo me ha llegado...
; )
Besos y buen fin de semana.
Mª Ángeles,
Gostei muito de sua crônica, a qual, se não me engano, deixar transparecer uma mente otimista, a sua.
Um final semana com muita paz.
Abraços.
Es posible que tu te aburras de ti misma pero yo no me aburro de leer tus entradas, todo lo contrario cada día me gustan más.
Besos
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