Hoy encontré estas palabras para ti, y más que nunca quiero que estés ahí con mi respeto a tu sabiduría, para compartir un sueño hecho en hojas de papel y letras por definir. Tal vez, no sé, quizá, alcance, al fin, ese sueño de tu vehemente discípula de palabras por corregir. Tienes que estar ahí, insisto, porque tú me hiciste amar la quimera de la escritura…
Lo sé y eso me basta para recorrer mis ríos de pluma quitando y poniendo donde antes no supe.
Trasiego en este amanecer mientras tu duermes lirios de cefaleas, migrañas que cortan el viento en tus fosas y, a pesar de eso, sé que pernoctas en mi ánimo para que ahuyente miedos que no son.
Noto tus ojos -mar en calma, tiernos de afecto, azules en mis días de gris- en mi entorno paralelo a tu sombra más real.
Palpo tu aliento a tabaco y oro, suaves briznas rubias encaladas en virutas de nube sobre tu techo y, bajo tus manos, la dulzura que pinta calendarios de otras vidas.
Advierto un gesto de sonrisa medio hecha en tu campo de ironías perpetuas; no hace falta verlo, lo siento como mío mientras las horas cantan auroras en lluvia fina.
Me conmueven tus silencios, pero no rompo la afonía del aire, tal vez, ojalá, vaya siendo tu deseo marchito y, pronto, tu compostura de varón, ese galán que rocía a la mujer de feminidad no hueca ni transitoria, sino todo lo contrario, envuelva el eco de nuestras voces y volvamos a ser lo que siempre fuimos: amantes en tus sueños de castor y yo, concubina de tu verdad, manceba de tus palabras y enamorada de tu letra.
Y, mientras amaneces..., te echo tanto de menos.
PD Nunca debemos olvidar de dónde venimos, quiénes fueron nuestros maestros, y quiénes nos ayudaron a alcanzar nuestros objetivos. Hoy tengo cuatro nombres a mi vera...Luís Alcocer, Cati Cobas, Rosa Mª Arroyo Y Socorro Mármol Bris. Sin sus consejos, sin su apoyo, sin su amistad, mis letras no serían.
Trasiego en este amanecer mientras tu duermes lirios de cefaleas, migrañas que cortan el viento en tus fosas y, a pesar de eso, sé que pernoctas en mi ánimo para que ahuyente miedos que no son.
Noto tus ojos -mar en calma, tiernos de afecto, azules en mis días de gris- en mi entorno paralelo a tu sombra más real.
Palpo tu aliento a tabaco y oro, suaves briznas rubias encaladas en virutas de nube sobre tu techo y, bajo tus manos, la dulzura que pinta calendarios de otras vidas.
Advierto un gesto de sonrisa medio hecha en tu campo de ironías perpetuas; no hace falta verlo, lo siento como mío mientras las horas cantan auroras en lluvia fina.
Me conmueven tus silencios, pero no rompo la afonía del aire, tal vez, ojalá, vaya siendo tu deseo marchito y, pronto, tu compostura de varón, ese galán que rocía a la mujer de feminidad no hueca ni transitoria, sino todo lo contrario, envuelva el eco de nuestras voces y volvamos a ser lo que siempre fuimos: amantes en tus sueños de castor y yo, concubina de tu verdad, manceba de tus palabras y enamorada de tu letra.
Y, mientras amaneces..., te echo tanto de menos.
PD Nunca debemos olvidar de dónde venimos, quiénes fueron nuestros maestros, y quiénes nos ayudaron a alcanzar nuestros objetivos. Hoy tengo cuatro nombres a mi vera...Luís Alcocer, Cati Cobas, Rosa Mª Arroyo Y Socorro Mármol Bris. Sin sus consejos, sin su apoyo, sin su amistad, mis letras no serían.
3 comentarios:
Eres agradecida.
Eso está muy bien.
Besos.
Yo recuerdo a mis maestros todos los días, sobre todo a los que me suspendían. Eran horribles.
Besos de Reina
Yo sólo me enamoro de los hombres. Su letra me da igual.
Bsss
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