lunes, febrero 16, 2015

LA NADA DE DOÑA PURI

El otro día escuché una frase mítica Made in Spain pronunciada por Lola Flores el día que su lolita se casó “Si me queréis, irse”…  Eso habrán pensado muchos cuando apareció el San Valentín de marras, pero mi teoría es que por medio hay mucho cinismo también.
¡Qué borrachera de corazones rojos bombeando, destilando amor! Menos mal que ya pasó San Valentín. Yo, que soy una descreída para esas cosas, he terminado de saturada. ¡Por dios, que cursilerías!... Esto se oye mucho.  Sin embargo mi otro yo, Doña Puri,  llorando por las esquinas…
Nada, ni agua, ni un rollo de papel higiénico…, nada.;  Si hasta la Esteban su Miguel la regaló una ambulancia; sí, de juguete, pero una ambulancia con sirena y todo y yo… nada, ni un beso, ni un te quiero, ni un paquete de kleenex para sonarme los mocos, nada.
 Mi Pepe dice que es un invento del  dueño del Corte Suizo para vender más y mejor,  y si lo dice mi Pepe, eso va a misa, porque yo por mi Pepe maaaato…, pero como estoy rebelde, ni mato ni nada, ¡Hala!
Si hoy todo iba bien, hasta me levanté con el encefalograma plano; ni frío ni calor sino todo lo contrario, pero tuvo que llegar mi amiga Gervasia con un ramo de camelias, o golondrinas, no sé muy bien lo que era, para que yo desenterrara el hacha de guerra; se nota que por mis venas corre sangre india aunque quiera disimular, si no,  no me lo explico. Os cuento…
No tengo nada en contra de las mujeres, más que nada porque yo lo soy y, además,  ejerzo. Pero si lo analizo detenidamente sin profundizar tampoco mucho, nunca estamos contentas, o somos insaciables, o no somos justas, o somos un tanto retorcidas. Algo de todo de eso hay. El caso es que siempre ponemos un pero y pedimos  un poquito más a los hombres. No  nos damos cuenta que ellos son lo que son, y por mucho que nos empeñemos,  ellos nunca van a tener ovarios, y ahí es donde reside la diferencia que se convierte en un océano donde nunca se llegan a encontrar las dos orillas. Claro que a ellos les gustan los detalles también, son seres humanos, sin ovarios, pero con sentimientos. Tienen el encefalograma plano para muchas cosas del querer, también es verdad, pero aquel que se aproxima  remando a toda leche con una rosa, con una planta, con una colonia que tú jamás te comprarías, tiene su puntito canalla muy amoroso y de agradecer mucho. Entonces llegamos nosotras y decimos que sí, que muy bonito, pero que eso ya lo podrían hacer cualquier día del año y no solo el 14 febrero; cierto. Pero el 14 de febrero es una fecha como otra cualquiera para regenerarse, aunque sea por unas horas, ¿a que sí? Mi amiga Gervasia quiere mejor que el ramo de golondrinas, que haya una comunión mutua con su chico y que el diálogo fluya en doble dirección, ¡Anda que no pides, guapa! Yo eso con mi Pepe no puedo pedir, y muchas de las que me leen tampoco, porque el tiempo desgasta hasta las palabras, o las repite tanto que ya cansan hasta sin ser pronunciadas, sin embargo esos pequeños gestos, tontos, absurdos, en un día perdido o en San Valentín pues son muy bonitos y la que lo niegue se está mintiendo.
Entiendo perfectamente que se inventen fechas para señalar un evento, para recordarnos algo. Porque en esta vida tan intensa y atropellada, vamos perdiendo por las cunetas muchas cosas pero sobre todo, vamos perdiendo, olvidando, los sentimientos. Existe el día de la banderita,  ese día abrimos el monedero para ayudar a alguien. Existe el día del padre o de la madre, fecha para aprovechar y si aún tenemos padres, darles al menos las gracias por todo lo que han hecho por nosotros… Infinidad de fechas marcadas en el calendario para conmemorar. Entonces, ¿por qué no San Valentín? No seamos cínicos, ni digamos que es una cursilería. Una cosa es que nos cueste reconocer el amor en público, por timidez, por lo que sea, y otra negar una evidencia; a todos nos gusta un detalle, aunque sea tonto, o cursi.
Menos mal que mi Pepe al final del día lo arregló y tuvo un detallazo conmigo… Me invitó a cenar. Sí, muy romántico. Me llevó a La Mejillonera y me compró un bocadillo de chipirones con salsa picante… ¡Jodío Pepe! Me abrasó la lengua con tanto pica-pica y me manché mi pantalón fresa fusión.

¿Te enteras Esteban, Gervasia? Vosotras con la ambulancia y el ramo de golondrinas… Yo, mi bocata chipirones y a mucha honra… ¡Ay, si la envidia fuera tiña…!
¡Buena semana, amigos!

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