¿Cuántas veces habremos dicho “si Fulanito levantara la cabeza, volvería
inmediatamente a morir al ver la realidad actual”? Y anoche fue uno de esos
días que mientras mi amigo me desguazaba sus horas, yo no hacía más que
repetirme esa frase tan manida. Las lágrimas se aunaron para deshacer el dolor
que nos producía a ambos esa realidad que, a veces, es tan dura de digerir…
Los días de mi amigo se convierten a veces en un zafarrancho de combate
hasta que el último disparo desploma su vitalidad pulverizada entre el humo del
caos; tantas cosas ha de digerir al cavo del día que está perdido en sus horas
más amargas.
Ha tenido que aprender tanto en estos últimos años que ya hay verdades que
le resbalan aunque por mucho que lo pretenda duelen tanto que dejan muescas en
su rictus eternamente risueño.
Nosotros, sus amigos, le cuidamos, le mimamos mucho, pero eso no es
suficiente; él ha de aprender a caminar solo, a encajar los golpes que le traen
sus futuros más inmediatos y, aunque anoche mientras le miraba tratando de
disipar la cortina de agua que me cegaba, no podía alejar de mi pensamiento esa
frase tan usada.
Con mi corazón acaricié su rostro de niño aunque las canas peinen sus
entretelas más íntimas. Con manos de madre quise evitar sus duelos, pero en su
rostro veía la incredulidad de esa realidad que a veces mata las esperanzas. Su
mirada limpia y clara a pesar de los años que calza, ensalzaban mis zozobras,
el temor a más sufrimientos en su triste figura de niño bien, atractivo y
jovial.
Volví a casa con los ojos aupados al cielo, clamando justicia, y es que
cuando a uno de los nuestros les pasa algo es como si nos pasara a nosotros; la
fuerza del cariño hace que seamos uno solo.
¿Cuántas veces habremos dicho “si Fulanito levantara la cabeza, volvería
inmediatamente a morir al ver la realidad actual”? La vida sigue y aunque
muchas veces la esperanza se marchite, la fe mueve montañas deseando que uno de
los nuestros no sucumba a la puta realidad, y que ese ángel que tenemos colgado
de nuestras pestañas no permita más dolor.
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