Ayer llegó el otoño
y el viento se adueñó de mi jardín; hoy ha llovido, agua azotada por el aire
que no la dejaba en su parsimonia acompasada llegar hasta la tierra seca. La
agitaba, la zarandeaba y, las gotas asustadas, se estrellaban contra los cristales.
La luz se ha ido
estrechando el corsé; duerme más y el sol se retira pronto a sus claroscuros.
Las casas se
perfilan sombras sin alegría y los árboles se preparan para sus dorados secos.
Ayer llegó el otoño
y a mi jardín se le enmudecieron las risas del verano; sus últimas flores se
marchitan lentamente mientras los días caen vertiginosos sobre el vacío que
dejó el estío y, la nostalgia, se mezcla con el recogimiento… Así es la vida.
1 comentario:
Hola querida amiga. Tus pensamientos otoñales despliegan sus alas.
El Otoño es la estación del año que más me gusta.
En Granada, aún hace calor.
Un abrazo cálido y tierno
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