El aroma de
tus palabras entra en mi corazón dejando
el perfume honesto de tu esencia. Luego, se dirige hacia mi mente para sembrar
la serenidad de un pensamiento… Somos dos aceras de una misma calle que, a
veces, en tardes en que el sol se achica
y la nube se crece, coincidimos, nada nos separa, no existe la izquierda,
tampoco la derecha, por eso nos miramos a los ojos, de frente, y nuestras
sonrisas se confunden con gotas de rocío pensando igual que Clint Eastwood en Los puentes
de Madison "Los viejos sueños,
eran buenos sueños. No se realizaron, pero me alegro de haberlos tenido"
No lo olvides, dice mi letra, un
hombre como tú, sin nostalgias y arrepentimientos, sin sueños, no serías tú y,
para no ser tú, es mejor que no sea… Las aguas corren hacia abajo al terminar
el invierno. Son aguas que vienen de la montaña, frescas, limpias y muchos
bebemos de ellas, no lo olvides.
7 comentarios:
Hola, mi amiga (que no es lo mismo que "amiga"). Bastante sé quién eres y quién soy. Déjame soñar contigo. Hay un punto ahí...
Un beso muy grande.
Codorníu.
Es lo original, no? Ser cada uno como es, de esos nos enamoramos de la personalidad...Es bella la metafora de las aceras y dice mucho...
Muaks.
hermoso...me facina tanto la imagen como la entrada el aroma de tus palabras entra en mi corazon me hace recordar una tarde de verano en el campo :) saludos lejanitos
Bello y poético relato...
Besosss
:)
Bonito, bonito y bonito.
Besos.
Ciertas líneas se vuelven paralelas con el paso del tiempo. Tal vez puedan juntarse allá en el infinito.
Besos mientras la lluvia se pierde sin prisas.
Quien merece estas lineas ,es irrepetible.
Amiga me gusta todo,todo,lo que escribes,bendito don.
Un fuerte abrazo.
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