Recuerdo aquel año como si fuera hoy. Recuerdo aquel viaje
como mi gran aventura americana. Recuerdo mi obsesión por ver el perfil de
Manhattan desde Brooklyn porque, estaba tan empapada de esa imagen en las
películas, que deseaba vivirlo en mis ojos, no
a través de una pantalla.
Recuerdo el empecinamiento de mi amiga Pilar en subir a las
torres gemelas..., me dejé arrastrar por su entusiasmo a pesar del vértigo, de aquella emoción que me dejaba borracha de sensaciones; ese mismo año el perfil de
Manhattan cambió… Y el mundo también. Todos parecíamos vulnerables, la
sensación de seguridad desapareció, y fue en aquel momento cuando tomé
conciencia que nada es para siempre, un leve chasquido puede variar nuestra
condición… Todo es tan dúctil, etéreo, un solo un instante, éste, es lo
único real que tenemos, de ahí la importancia de valorar “El ahora” sin pasados
ni futuros.
Recuerdo aquellos días en cómo reíamos mi amiga y yo, cómo
gozamos de aquella gran oportunidad que nos brindó la vida y que la cogimos al
vuelo sin dudar… Nada volverá a ser igual.
Hoy nuestro perfil es otro, cimentado en aquel entonces, no hay duda,
como el perfil del Manhattan que hoy se ve desde Brooklyn, un World Trade Center
con una torre de quinientos cuarenta y un metro- en honor al año de la independencia
de Estados Unidos.
Lo recuerdo con enorme felicidad, no lo añoro, sólo pido
tener la sensibilidad para valorar el perfil de hoy, lo único real que tengo.
2 comentarios:
Manhattan... Me encantó su maravilloso espectáculo. Vuelvo ahora, dentro de nada y lo patearé de nuevo. Quedaron y quedarán tantas cosas por ver y visitar.
Espléndido relato de una pluma que sabe transmitir con sutileza tanta belleza y encanto.
Besosss
Yo recuerdo con mucho cariño el viaje a Nueva York. Entonces ya no estaban las famosas Torres Gemelas. El mundo efectivamente ya había cambiado por completo. Pero siempre será una ciudad muy hermosa para mi, llena de vida por todos sus poros. Un abrazo.
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