KILÓMETRO 0

No sé si hay justicia o, si existe,  tal vez vaya disfrazada de irónica mentira. Porque la vida se construye a base de medias verdades y muchas mentiras y, cuando ves estas últimas tuerces la cabeza para no verlas porque  estimas que  es mejor no saber ni el bien ni el mal.

Incluso hay días como el de hoy  que estampas tu huella  para cerrar una puerta para siempre. Nada de lo que dice el papel sobre ti es verdad; lo sabes y, sin embargo, haces como que no lo ves o, no lo lees directamente. Firmas y te entregan tu libertad o pasaporte, como lo quieras llamar, con un precio, porque todo en este mundo tiene un precio, todos valemos una cantidad. Entonces sales a la calle, llenas los pulmones  de aire- es un aire contaminado, pero a ti te huele a salitre, a yodo, a algas… y notas que te van creciendo las alas muy despacito. Aún estás atontado por lo que acabas de hacer, no digieres las sensaciones; igual te ríes que lloras. Es un cúmulo de sentimientos que llegan a tu cabeza sin orden.

Lanzas un grito al cielo, como el de una gaviota, y comienzas a caminar. El día está gris, tú estás gris, llueve, tus ojos derramen llanto, llanto a raudales. Notas que la gente te mira; da igual, tú sigues avanzando calle abajo sin mirar atrás, huyendo del ayer, porque el futuro lo tienes delante de ti para que lo construyas. Sí, te ha costado una enfermedad, meses duros  hundida en un pozo oscuro. A consecuencia de ello, has perdido el trabajo porque acabas de firmar tu sentencia sobre mentiras… porque lo que pone en el papel es mentira; lo repites para que sea tu verdad. A cambio de esa mentira compras tu libertad.

… La he visto calle abajo comenzando a volar; era una gaviota en medio de la inmensidad; gritaba, gritaba mucho, pero era  feliz, muy feliz en el kilómetro cero de su recién estrenado camino.