Ayer al atardecer, el cielo se iluminó de curvas y rectas brillantes, líneas sobre un atardecer abotargado. El espesor de las nubes presagiaba agua rabiosa. Sin embargo comenzó a caer una lluvia fina, sin apenas hacer ruido; tal vez para no enfadar más al cielo cada vez más azabache bajo rasguños blancos tronando su desencanto.
En la noche cerrada vino el viento a agitar las ramas de los árboles. Las zarandeaba como quien no otorga ningún perdón. Las hojas se lamentaban sudorosas de agua, algunas incluso venían a pegarse al ventanal mientras el cielo encendía en la oscuridad el negro dolorido.
Esta mañana he despertado con el canto de un pájaro resguardado en el alfeizar de mi ventana; se cubría de la incesante lluvia. Las nubes eran tan glotonas que reventaban sobre el campo. El verde se desnudaba en cientos de gamas verdosas y amarillentas.
He salido a la puerta y me he sentado en las escaleras; el agua lavaba mis pecados mientras el café corría alegremente por las venas de la conciencia, y el cielo volvía a vestir ese gris granito que tanto adoro.
14 comentarios:
Aquí también está gris granito y se ha acabado la calor.
Que bien.
:)
Besos.
Imagine el lomo de las paredes escurriendo lluvia.
Abrazotes.
Fueron cataratas por unos segundos lo que nos deparó el mediodía del viernes, suerte que duro poco, ya que el granizo suele traer malas consecuencias. Es lo que tiene vivir en la falda de primera montaña, donde descabezan algunos frentes traviesos.
Besos tras unas horas de bricolaje y ñapas.
Pecados a la mar
Hola!
Fijate que estaba buscando imagenes en google y encontre tu blogue.Tantos amigos que tenemos en comun.
Me gustan mucho tus relatos.
Te invito a mi blogue Noite de Tormentas.
http://romantiquices.blogspot.com
Besitos
Flor
Hola niña... puedo imaginarlo y esa sensación de lluvia deseada..
Besos.. pero sin pecados , ni lavados ni nada... no me gusta esa palabra
En León hace frío pero el sol nos engaña y han empezado los primeros catarros.
Me preocupa tu paisaje interior.
La lluvia puede ser preciosa y nos permite chapotear como niños para desear ese cafetito que caliente nuestras venas.
Un besazo
Hasta yo he sentido el sonido del agua al caer...
Qué momento tan melancólico!
Un beso.
Un aguacero de lineas llenas de poesia, he olido a café y veo el cielo encapotado en mi ciudad que promete tormenta.
Un abrazo guapa.
Septiembre ha empezado a oler a lluvia y el otoño se me ha colado en las venas.
Precioso y poético tu escrito.
Un abrazo.
Ahora que ya estamos en otoño, esos aguaceros son frecuentes y me gustan cuando no se convierten en tormetas. Me gusta ver caer el agua suave desde mi habitacion y a través de la ventana, pero tambien salir a la calle y dejarla que resbale sobre mi piel.
Seguro que con una persona de tu sensibilidad al lado, me gustaría más.
Un beso
A ver cuando se acaba la racha de sequía en las entradas del blog, que nos tienes abandonados.
Besos de tarde albañilera.
Querida amiga esta vez tampoco te pude ver en el III encuentro en Álcala de Henares.
Buen relato como siempre nos fabricas.
Un fuerte abrazo
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