Ochenta años sin verte y hoy esparces una nívea capa de resplandor sobre mi cuerpo de invierno y hoja apagada.
El aire se ha vestido de hielo y yo me he convertido en un dulce de leche.
El aire se ha vestido de hielo y yo me he convertido en un dulce de leche.
Hoy, bajo los copos blancos, hay un Buenos Aires que baila un tango albino... Cuatro por cuatro, al compás de la nieve al caer.
1 comentario:
Preciosa esta mini dedicada a mi Buenos Aires...Ojalá algún día (pronto) puedas transitar Corrientes de mi mano. Cati
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