jueves, mayo 17, 2007

HOY...

Hoy estoy que no estoy. Rueda por mi cuerpo un hormigueo que me siento más hormiga que de costumbre.

Hoy desperté con la luz nublada y la sangre escarcha. Mis ojos no fijan una imagen sino que vagan despistados por el espacio.
Mis pulmones no respiran y el aire emerge entrecortado en un ambiente en que me molesta la lentitud de las horas.

Hoy quisiera que pasara en un suspiro y no sentir los minutos; despertar y ser otro día.

A veces, pienso que los días son iguales: las mismas rutinas, los mismos paisajes, idénticas caras, mellizos sentimientos… Todo plano para el animal de costumbres que yace en el interior de mis cavernas.
Sin embargo, hoy, me falta valentía para salir al campo de batalla.
No quiero matar, no deseo muertos en mis pupilas, no aspiro al llanto en mi corazón aunque éste se ha levantado con la lluvia en sus lindes y las cicatrices se pueblan de lágrimas sin consuelo.

Hoy no soy sino espectro en mi propia angustia. Si tan siquiera fuera ira o tristeza, sabría con quién mido hoy mi tiempo.

Hoy, siempre hoy, único y real hoy. Hoy no hay después, sólo el reloj de arena que marca un hoy lento y pertinaz.

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