miércoles, marzo 07, 2007

RATAS CALLEJERAS


Roedor de alcantarilla, tus dientes como tu lengua son fecundos y voraces en oprobios clandestinos.
Eres rápida en recursos, tus patas cortas no son óbice para alcanzar a tu enemigo y… demasiado inteligente para caer en su trampa.

Tu táctica no falla; observas en la oscuridad de la cloaca a que el oponente baje su guardia y, así, hincar donde más duele… Sí, no hay que obviar tu listeza de roedor profesional.

Me gusta cuando miras desde el púlpito de tu cabeza y clavas en lo más hondo tus ojillos milimétricos cuan espadas afiladas. Entonces, tu hocico puntiagudo comienza a destilar su veneno peculiar mientras alzas las tiesas orejillas.

Hace tiempo que contemplo extasiada el movimiento de tu apéndice, largo y estrecho como la sombra que expandes. Leal a tu causa, siervo de tu amo, comprendo que seas su bufón, pararrayos sin tormenta. Contigo, a buen recaudo está la causa.

Tu piel es tan gris como los instintos que te mueven… Lástima que tu intelecto y armónico pensamiento los malgastes en hacer daño. Claro, para eso eres hombre y no rata.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Bonita y optimista/pesimista prosa.
Me gusta usted.
Un saludo.

Anónimo dijo...

Perfecta descripción.
Marián