Estiro las orejas. Pongo mi empeño en escucharte pero... He perdido la costumbre, ya sólo escucho el chispear de mi voz. Metálica, se repite en sus bufidos, y mi talante emocional es tan arcaico que apenas se roza con el de otros.¿Qué pasó? Me pregunto mientras me afano en reciclar mi razón que, por supuesto, es la certera. La de otros no se sostiene, enfatizo para mis adentros. Y así la luz cae sobre la vida, la mía, dorándola de soledad porque soy... incapaz de conectar con el mundo que se me atraganta entre la hebras de mi eco sin oír el run run ajeno.
Del mundo actual hay que protegerse.
ResponderEliminarBuscar la soledad y casi el aislamiento para que no nos intoxique.
Besos.
Necesita relajarse y oirse verdaderamente y entonces estoy seguro que escuchara a los demas
ResponderEliminarSi me preguntas que oigo de los demás que me interese...no sabría contestarte...estamos en un mundo de soledades en plena selva humana...no sabes como te entiendo...un beso desde azpeitia
ResponderEliminarHija, es que hay "pildoritas"... que ni con un litro de agua... ni a "juersa de pan"
ResponderEliminar:)
Besicos
PD... Te tengo que leer un Haiku... Hace?... No, no, sin prisas... 1, 2...5 años???... pero leerlo, aunque sea en espíritu. jajajaja.
Los filtros, a veces, nos pueden aislar más...
ResponderEliminarBesos
Cantalapiedra:
ResponderEliminarNi escucho ni veo ni digo, siempre pienso...
Un besazo.
"...entre lavadoras, plumeros y cortinas..." llegas hasta mí con tanto encanto, que salta en añicos el aislamiento que nos imponen estos tiempos tenebrosos.
ResponderEliminarEn la base de todo, el miedo al otro.
Comparto café y tostadas de corazón.
Un beso, amiga.