miércoles, febrero 27, 2013

SEVILLA


Santa Teresa decía que era beneficioso para la mente dormir dos veces al día y, tal vez por eso, mezo los recuerdos para que no vuelen de mi mente, y sean aún más vivos que cuando los viví por primera vez, dando cobijo y sombra en mis ramas a esa turbación que me provoca Sevilla cada vez que llego a ella.
Navegando en sus aguas entre el purismo  y la ortodoxia, su luz se vierte líquida, rubia como la cerveza que tanto gusta al sevillano,  porque allí se vive hondo las emociones de sus costumbres  más arraigadas que dan de Sevilla una personalidad tan singular como única. Desgranan  vocablos con voz  henchida de exaltación trasformando un cojín de palabras perfumadas de azahar.
Me gusta como huele Sevilla, mezcla de flor, fe, cerveza, e incienso. Me deleito en su atmósfera tranquila aunque repleta de bulla, en su elegancia de señora rancia conformando toda ella un breviario de felicidad, tan simple y llano, que no hay clases sociales para ella. Porque  Sevilla es intensidad en cualquiera de sus aristas y, aunque la memoria es fugaz, esta ciudad me hace ver detrás de la bruma del tiempo que se obstina en borrar las huellas de mis creencias.

No exageran cuando dicen que Sevilla es única, y los tours operadores extranjeros debieran primar no sólo el Prado,  joya española  por excelencia y, sin hacer de menos a Gaudí, cualquier foráneo viviría el espíritu español visitando esta hermosa ciudad.

3 comentarios:

Luis y Mª Jesús dijo...

guay...

por la siesta de Santa Teresa y los reflejos sevillanos

Eva Ferrer dijo...

Comparto estas dos debilidades y las suscribo.
Un abrazo desde Valencia.

Mari Carmen dijo...

Mª Ángeles, me gusta mucho tu entrada, haces fiel retrato de Sevilla y los sevillanos, lo has captado con sensibilidad y bien entendidos. vamos como si hubieras estado viviendo por aquí tiempo, o eres rápida y certera en comprensión.
Sigo tu blog desde hace mucho y me gusta una jartá, es un bastinazo positivo.

Felicidades y muchas gracias por tus aportaciones.

Un afectuoso saludo desde Gines.

Mari Carmen.