Algo me empuja a hablarte desde mi orilla. Tal vez sea la soledad que me imprime un carácter sensiblero. O, quizá, sea la angustia de no poder comunicarme como yo quisiera.
El caso es que la música de Santana sale por los altavoces mientras veo correr a las nubes que tampoco se quieren quedar conmigo. Melodías vitales, cuerdas alegres que me enganchan a las ramas de ese árbol otoñal herido de muerte hasta primavera. Las hojas se tiñen de huevo primero, después, son sangre… Y yo, como un gorrión piándote para que me hagas caso.
El caso es que la música de Santana sale por los altavoces mientras veo correr a las nubes que tampoco se quieren quedar conmigo. Melodías vitales, cuerdas alegres que me enganchan a las ramas de ese árbol otoñal herido de muerte hasta primavera. Las hojas se tiñen de huevo primero, después, son sangre… Y yo, como un gorrión piándote para que me hagas caso.
Hablar sana a la gente.
ResponderEliminarBesos de Princesa
Siempre habrá alguien que escuche por muchas millas de distancia que se pongan en medio. Comunicar es vital para el ser humano, sin esa facultad andaríamos en las cavernas.
ResponderEliminarBesos desde unos días agitados.
La soledad se hace canción y la melancolía poema, y entre ambas cantan mientras se ven caer las hojas que ahora en mi país están creciendo; mi primavera aún con modorra está brotando, aunque en mi, el otoño sea mi tiempo vital...Quien no se siente melancólico cuando no se le escuchan sus palabras ?...Beso Verónica.
ResponderEliminarPío, Pío?
ResponderEliminarDebes estar muy graciosa.
:P
Besos.
Bella manera de describir el otoño, la soledad...me ha enternecido ese pajarillo piando.
ResponderEliminarNo pies... al ataque directamente...
ResponderEliminaral cuello y yugular....
a besos....
ojito...
Un abrazo, sin pios y directo
¡Que bonito!
ResponderEliminarAbsolutamente otoñal...el tiempo pasa y todo llega.
ResponderEliminarUn beso.
Precioso!!! Sigues describiendo imágenes envolventes...
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