PARAGUAS EN DIAS DE LLUVIA

Hoy le he vuelto a ver; estaba bajo un paraguas marrón esperando futuros en una parada de autobús. Su sonrisa se diluía entre la gotas de lluvia y su mirada, como siempre, extraviada en un mundo que no comprende.
La cabeza la llevaba tapada por un gorro de lana azul iluminando aún más su cuerpo adulto y mente de niño.
Eran las ocho y los paraguas de colores pasaban a su lado sin verle. Él apretaba la montaña de periódicos contra su pecho porque nadie quería una noticia suya.
Yo he seguido mi camino, pero en mi nuca he notado un pequeño golpecito; me he vuelto y he visto sus ojos tostados confundiéndose en mi perfil. He acariciado su persona también con mis ojos. Después, he continuado mi camino en un día de lluvia, y él me ha regalado la ternura que a veces se nos escapa bajo el agua de la vida.