sábado, enero 26, 2008

EL LENGUAJE DE TUS OJOS

Mi amigo Carlos sostiene que la edad merma las sensaciones. Según él, todo lo que absorbes dura un instante cuando los años te delatan. En el momento que se pone así de metafísico, me obliga a bajar a mis bodegas internas a buscar recursos, mis libros de horas, esos que se escriben sin letra, pero que imprimen carácter a tus sensaciones y rápidamente vuelvo a subir para sentarme a su lado y compartir con él un diálogo de gestos porque Carlos posee ese duende especial de incitar a mi cabeza a moverse en el pensamiento, a jugar con el aprendizaje, a no disimular la sensibilidad que hierve en algún rinconcito de uno mismo.
Suelo cerrar mi semana junto a mi amigo. Al llegar el viernes, cuando las sombras del cansancio hacen mella en mi persona y los zapatos me pesan de tal manera que me impiden dar un paso más, ahí está él, el hombre que crece hacia dentro y cuyas raíces tocan a todo el que está cerca. Amante del detalle minucioso y variopinto y de ideas, compartibles o no, pero que nunca te dejan indiferente.
Agacho la cabeza en un gesto de concentración y, al instante, la levanto para mirarle de frente y concentrar todas mis energías en los ojos. A veces, haces infinidad de gestos propios de ti mismo, pero que si no te paras a pensarlos un momento, no te das cuenta de su valor y significado. Os reto a que lo probéis…
Es como si te resumieras en un solo gesto, en un mero instante que es tan intenso que no conoce edad; el tiempo ahí no tiene reloj. Es una película hecha a tu medida y concentrada en el arco iris de tu mirada. Lenguaje no verbal en el que se concentran todas tus sensaciones, ésas que dice Carlos que se diluyen con los años. Y es que mirar a los demás no tiene caducidad ni plazos, imposible que, a pesar de nuestros cuerpos encorvados y hacinados por la vejez, podamos olvidar, perder lo más bello de la vida que es sentir.
Sentimos por los ojos, miramos nuestro entorno con avidez y a la par con una placidez que te da el tiempo… Mientras le miro bebiendo cada uno de sus gestos, estoy recordando los ojos de mi madre cuando se ponen a mirar entre las sombras que la acechan cada día un poco más…, expresan todo lo que no sabe muchas veces decir con la palabra.
¿Acaso mis sensaciones sobre esa imagen son cortas? Hay momentos en que no se pueden medir por días, no tienen plazos.
Hoy es sábado, un fin de semana por delante y un buen momento para sacar nuestros ojos a que hablen de nosotros, a que descubran el transcurrir de las horas y avisten el puerto de ojos ajenos.
Gracias Carlos por hacerme pensar en qué dicen mis ojos de gato.

4 comentarios:

juan rafael dijo...

Los ojos son el reflejo del alma, ya lo dicen. Y lo importante es que siempre estén mirando cosas buenas.
Buen finde.
Besos.

Carlota dijo...

Me lo ha quitado J.R. de la boca, pero es tan cierto...por eso hay personas que esquivan una mirada, ante el miedo a ser delatadas por la suya...no creo que nunca unos ojos dejen de ser el balcón del alma de cada uno...aunque sí es cierto que hay quien tiene la mirada vacía. Buen finde, preciosa.

ana dijo...

Mi abuelo siempre decía que no te fiases de aquella persona que no te mire a los ojos cuando hablas.
De aquel que no sostiene la mirada y la esquiva, como el decía," de los que vienen de lado y no de frente"
Sabes? a mi gato, si te quedas mirándole fijamente a los ojos, se pone muy nervioso y se tumba patas arriba, sumiso, se humilla, es curioso.(Esto es una anécdota solamente).
"Lo realmente esencial es mirar con los ojos del corazón", como dijo en "El principito" Saint-Exupéry.
Un abrazo,
buen finde MªAngeles.
ana.

Maria Coca dijo...

Espero que tu amigo Carlos haya leído este magnífico escrito, repleto de sensibilidad. Lo merece. Gracias por compartirlo aquí.

Besoss.